«¡Desviándote vas a encontrar otra forma de llegar!», canta Marcelo Zeoli. El tema se llama «En caso de accidente», y el cantante lo dice con conocimiento de causa. Casi diez años de combustión lenta encuentran a Los Látigos apuntando al mainstream gracias al hit fortuito que fue «Luces sensacional» en una novela mexicana para adolescentes y que les consiguió allí un contrato con EMI, la reedición de Hombre y el lanzamiento del EP de remixes Insurgentes. Inesperadas perspectivas internacionales para su siguiente trabajo.
En Primeros auxilios el dúo en banda de Zeoli y Gonzalo Campos tiene las comparaciones con Virus asumidas y puestas a dormir. Á la preponderancia conductora de la guitarra de Campos y el bajo de Tuta Torres se les enlazan las perspicacias del sintetizador de Diego Bavasso. La producción de Yul Acri conserva el sonido electro-rock esmerilado, mientras que el cantante, más despojado de ese vicio del sur bonaerense de pronunciar a lo Moura, se propone ya desde el título del disco como un socorrista del amor morfinómano.
Zeoli sigue riendo de dolor por las ironías trágicas sentimentales y la incomprensión. Á veces se queja con una arrogancia que raya el egocentrismo, pero en la mayoría de los casos el rol de víctima queda ocupado por un tercero. Entonces, su botiquín ya no ofrece psicofármacos sino consejos (la simple y bonita «Tachar» es el ejemplo inmediato). Y habla con la voz de alguien que sabe como salir del agujero interior.