Alejandro Terán es algo así como la rueda de auxilio del rock vernáculo. Cada banda o solista que necesita buenos arreglos de cuerdas recurre a este violista, director de orquesta, arreglador y compositor. Su curriculum vitae incluye nombres tan notables como Skay Beilinson, Gustavo Cerati, Soda Stereo, Charly García y Divididos, entre muchos otros. La propuesta de Hypnofón tiene varios puntos de contacto con la de sus colegas y amigos Axel Krygier y Christian Basso (con los que también compartió el Sexteto Irreal), pero Terán amplifica con decisión el formato orquesta y se muestra más interesado en la música popular argentina. “Rubias de New York” (Gardel y Le Pera), “Tribunas del futuro pobre” (Charly García), “Anahí” (Osvaldo Sosa Cordero) y “Aurora” (sí, la canción patria del colegio), subrayan esa búsqueda. La lista de temas se completa con “Goodbye Pork Pie Hat” (del gran Charles Mingus) y composiciones originales de Terán y el pianista Pedro Onetto. Este lienzo instrumental, de tono bailable y palpitar pop, se sostiene en una base rítmica monolítica, a partir de la cual el juego musical reconforta por su autoridad y recursos. Un trazo lúdico delinea todo el disco mientras cierta frialdad se trasluce por debajo de la mesa. Terán parece haber encontrado su propio proyecto: ése es su mejor futuro.