Pese a que «Bailando sobre los escombros» es el segundo álbum de Autobús, bien podría hablarse de un debut discográfico del grupo ya que su anterior trabajo, «Maten al último romántico», fue editado por un pequeño sello y no tuvo ningún tipo de difusión. De ahí que, pese a tener un álbum en la calle, Autobús sea, para la mayoría del público, uno más entre los grupos de reciente aparición. Sin embargo, ni bien uno escucha «Bailando sobre los escombros» comprende que esta banda no es una mas entre las muchas modernas que pululan por ahí. Por empezar, Autobús tiene un sonido personal y definido, con influencias variadas pero un enfoque personal. En su propuesta hay letras muy fuertes («Gracias prócer»), ironía («Disco gay», «Eres orgullosa», «Internado de señoritas») y melancolía («Nosotros no», «Disco de pasta»), pero la piedra basal de Autobús es la diversión. Todos los temas son de gran ritmo y allí es donde asoma la versatilidad del grupo para abordar distintos géneros rítmicos. Pasando del rockanroll al reggae y de la discomusic al pop, Autobús desborda de ritmo y hace mover los pies del oyente. «Bailando sobre los escombros» es un muy buen trabajo de uno de los mejores grupos de rock moderno. Y aunque se le pueden anotar ciertas deficiencias en el plano vocal, el resultado final obtenido por la banda es sumamente alentador. Autobús invita al baile y su invitación en este disco es casi irresistible.