El primer tema de este segundo disco del ex bajista de los Super Ratones emerge para acallar una intro breve en la que se confunden timbres de celulares, sirenas de ambulancias, bocinazos y otros ruidos urbanos. La letra de este rock de riff cansino es una típica sumatoria de esos elementos considerados negativos: «ruidos, furia, gritos, hambre, guerra, sexo, perras» son igualmente condenados, y se suman a una lista de frases de charla de taxi: «todos opinan», «vemos todo sin ver nada», y así. Esta enumeración hace que el tema corra el riesgo de engrosar el bando que pretende condenar: el de los ruidos infelices, que silenciamos en cuanto llegamos a casa. Lo mismo ocurre con «Corriendo con el diablo». Más liviano, sin embargo, en otros momentos, Mares lejanos encuentra sus mayores virtudes en las canciones que descansan sobre melodías más compradoras: la balada onda Jorge Serrano «Quisiera hacerte canción». O»Ella y el dolor», de inspiración mccartniana.