Se estrena esta semana en todo el país y en Uruguay el documental que mostrará lo mejor de los primeros quince años del festival serrano.
Francisco Mostaza es el director cordobés que tuvo a cargo la tarea de seleccionar, de entre 500 horas de material, los 100 minutos de contenido de duración de la película que repasará la historia del festival que se realiza en Córdoba desde 2001 organizado por José Palazzo.
Desde el 13 al 24 de abril puede verse el film en la sección Panorama/Música del BAFICI y el jueves 28 se estrenará en los cines de Argentina y Uruguay.
«Volqué todas las herramientas y experiencia que la vida me dio en distintas actividades dentro del medio», señala Mostaza, quien estudió durante ocho años en la New York Film Academy de Estados Unidos y tiene una extensa carrera en el mundo del rock nacional.
¿En qué basaste la selección para el contenido del documental?
En los valores testimoniales, periodísticos, anecdotarios, etc. Busqué reflejar la aventura de hacer ese monstruo todos los años, cómo comenzó y en lo que se transformó.
¿Qué es lo que te motivó a aceptar dirigir este documental?
Poder dejar un testimonio fílmico y periodístico que creo que el Cosquín Rock se merecía. Desde BA Rock no se hacía y yo lo propuse y lo produje de manera totalmente independiente.
¿Pudiste trabajar con total libertad en la elección del contenido o Palazzo estuvo metido en el medio?
José todavía no vio la película terminada, no se metió en absoluto, tuve total libertad. Yo decidí todo lo bueno y lo malo, junto con mi equipo.
¿Qué fue lo que más disfrutaste de la realización?
Todo proceso tiene un comienzo y un final. El final está todavía en suspenso. La peli tiene que gustar y seguir un recorrido. Recién ahí se termina el campeonato.
¿Y qué fue lo que más sufriste o te pareció más agobiante durante el armado?
Los egos de las personas, la falta de espíritu grupal, que en algunos casos, nos hizo dejar gente de lado durante la producción del film.
¿Cuál es tu escena favorita de todo el documental?
Hay muchas, sería injusto decir una, pero el final me representa.