Buda, la banda en la que milita Superman Troglio, cocina a fuego lento su lugar en el rock porteño. La nota de Sebastián Espósito, para La Nación.
Al margen de Divididos y Las Pelotas, los estandartes del legado de Sumo, Alberto «Superman» Troglio mantuvo durante años el típico perfil bajo de los bateristas. Tocó en Club Gong, una banda de reggae que tuvo su cuarto de hora; estuvo a punto de unirse a Mollo y Arnedo, y hasta pasó por las filas de Los Auténticos Decadentes. «Yo estaba medio retirado del rock -cuenta Troglio-. Vivía en General Rodríguez, daba clases de batería, pero no pensaba volver a integrar una banda, hasta que conocí a El Ave (Jorge De Ferrari, bajo) y me mostró lo que estaba haciendo con Fernando (Licciardi, guitarra). De ese encuentro surgió, hace más de dos años, Buda.»
La formación original se completaba con Chiche Santander en voz, que grabó «Porno», el álbum debut de la banda, pero hace menos de dos meses dio un paso al costado. «El trabaja con los Decadentes y no se puede dedicar por entero a Buda -agrega Superman-, así que recurrimos a Juan, que estuvo en los comienzos del grupo, antes de que encontráramos el nombre. Durante un tiempo probamos varios cantantes, pero venían con ciertos aires. «¿Querés que cante como David Bowie?», nos dijo uno, y nosotros lo que estábamos buscando era alguien con estilo propio.»
Tres tipos experimentados y un joven guitarrista señalado como el geniecillo del cuarteto («Fernando es el más creativo en el nivel musical», dispara El Ave) hacen base en una coqueta sala de ensayo de Flores. Allí dan clases de guitarra, batería, producción musical y audio, y también construyen las canciones y los sueños de Buda. «Lo nuestro es música y punto -se entusiasma El Ave-. No nos ponemos en defensa de nadie; no decimos, desde Buenos Aires, «pobres los indios, cómo están sufriendo». Para eso hay que tomar un micro e ir a ayudarlos en serio. No nos va el mensaje de Manu Chao, que se contrapone con su vida en hoteles cinco estrellas. Lo nuestro es todo lo contrario. Queremos parar en hoteles lujosos y viajar en limusina, pero por ahora el rock sólo nos ofrece ir a Cemento en el 126.»