Chino Moreno, de Deftones: "Las drogas te arruinan y te desintegran"
El cantante dice que, por culpa de los excesos, no creyó en su música por varios años. Los conflictos con "Gore", su próximo disco y el show del Luna Park, en una entrevista exclusiva con Rock.com.ar.
Parece que, después de varios años problemáticos, Chino Moreno está viendo la luz. Al cantante de Deftones -que está del otro lado del teléfono en California- se lo nota de buen humor, amable y predispuesto. Después de todo, su grupo también se está recuperando, luego de haber pasado por varias tensiones internas.
“Hoy estamos grabando un nuevo disco, y todos estamos metidos al 100%”, cuenta. “Es el secreto para que sea potente. Pero también es diferente, y no suena como a nada de lo anterior. A ver… seguimos siendo nosotros: yo en voz, Stephen [Carpenter] en guitarra y Abe [Cunningham] en batería. Inevitablemente va a sonar como Deftones, pero el momento que estamos atravesando es otro”.
Rebobinemos: Chino obvia al tecladista Frank Delgado y al bajista Sergio Vega. La razón por la que no nombra a este último tiene una conexión trágica: en noviembre de 2008, quien estaba en las cuatro cuerdas -el histórico Chi Cheng- sufrió un accidente de auto, y en 2013 finalmente falleció.
“Gore” (2016) fue su octavo álbum, y el primero que Deftones editó desde semejante pérdida. Pero una vez que pasó el duelo, no tardaron en aparecer los problemas en el grupo.
-Aunque Stephen escribió gran parte de las canciones, dijo estar disconforme con el último disco. ¿A qué atribuís su enojo?
-A que tuvo algunos problemas personales, y no estaba del todo creativo. Todos tuvimos conflictos alguna vez, y nadie está exento. Así que lo entendimos, aunque no fue la situación ideal para grabar. Nosotros seguimos adelante, yendo al estudio y armando lo que nos parecía. Él estuvo físicamente, pero no aportó mucho. A último momento le puso su “toque” al disco, pero no estuvo muy involucrado desde el principio. Esa situación lo amargó, pero yo a la vez no quería gastar el tiempo sin hacer nada. Los demás continuamos componiendo, y si él hubiera sido parte del proceso, “Gore” hubiera quedado totalmente distinto y mucho mejor. Al fin y al cabo, eso es lo que todos deseábamos. Realmente queremos que Stephen tenga un papel fuerte en todos los discos, pero en este caso no resultó como queríamos. La mayoría de sus problemas no tenían que ver con Deftones, sino con cosas personales. La mejor parte es que ahora estamos escribiendo canciones para el nuevo disco, y al contrario de “Gore”, viene siendo un esfuerzo en conjunto.
-Lo mismo te había pasado a vos cuando grababan “Saturday Night Wrist” (2006): tuviste problemas personales, y Stephen se puso al frente.
-¡Sí, exacto! Pero creo que la banda brilla al máximo cuando se da un proceso colaborativo, entre todos. Stephen es uno de mis componentes favoritos de Deftones. Cuando él y yo nos juntamos a componer sale algo muy especial, y está sucediendo ahora.
DE FANTASMAS Y MIEDOS
Esa oscuridad que Chino Moreno transitó durante aquel disco de 2006 estuvo bastante ligada a las drogas. En “Hole in the Earth”, la canción que abre “Saturday…”, hace referencia a la soledad y al odio por todos sus amigos.
Pero el conflicto vino desde antes. Durante la grabación de “Deftones” (2003), Chino peleó cuerpo a cuerpo con sus demonios. “Estaba consumiendo speed, que es como la cocaína, pero multiplicada 200 veces”, explicaba en una entrevista con la revista Kerrang! en 2006. “No podía comer ni dormir. Durante ‘White Pony’ (2000) aspiraba mucha coca, pero nunca probé heroína ni crack (...). Mi mayor temor es quedarme sin creatividad”, agregaba.
Chino es la mayor prueba de que, aunque tu banda haya vendido más de diez millones de discos, la verdadera felicidad pasa por otro lado.
-Ahora que estás sobrio, ¿”perder la creatividad” sigue siendo tu máximo miedo?
-(Piensa). No, hoy no. Creo que lo que más te afecta es la baja autoestima. Y cuando pasaba por esos momentos, mi creatividad mermaba. Pero ahora sé cuál era el problema: que no creía en mí mismo. Podía componer, pero no creía en nada de lo que hacía, ni me parecía que estuviera bueno. Todo lo que creaba me sonaba horrible, y no tenía a nadie que me dijera si las canciones eran realmente buenas o malas. Fue un período muy feo, pero cuando salí me di cuenta de que siempre tuve una vena creativa. No me imagino perdiéndola. Lo terrible fue que no creía en mí mismo por cosas que de alguna u otra forma me busqué yo solo, como esas mierdas de las que hablábamos. Las drogas te arruinan como persona y te desintegran, porque realmente dejás de ser vos. Cuando me di cuenta de que el problema venía por ahí, dejé de asustarme por esa falta de creatividad.
-Y hoy, ¿le tenés miedo a algo en particular?
-Hay un montón de cagadas dando vueltas (se ríe), pero no se me ocurre nada específico. Sí le tengo miedo a la falsedad. No voy a decir que no me asusta nada más, aunque a diferencia de antes, me siento muy bien cada vez que me levanto.
YENDO DE “GORE” AL FUTURO
Más allá de haber sido un disco con varios altibajos, su álbum de 2016 debutó en el número 2 del ranking Billboard, el puesto más alto desde “Deftones” (de 2003). También vendió casi el doble de su proyección comercial original, y rankeó alto en países como Australia, Nueva Zelanda, Alemania, Inglaterra, Canadá y los Estados Unidos.
Una de las canciones mejor recibidas de “Gore” fue “Phantom Bride”, que contó con la participación de Jerry Cantrell, guitarrista y líder de Alice in Chains. El tema se convirtió en single recién en junio de 2016, luego del lanzamiento de tres sencillos: “Prayers/Triangles”, “Doomed User” y “Hearts/Wires”.
-Stephen había dicho que no iban a tocar en vivo “Phantom Bride”, porque iba a ser imposible replicar el espíritu de Cantrell. Sin embargo, ya la interpretaron más de treinta veces. ¿Qué les hizo cambiar de opinión?
-Tenía razón en lo que decía, porque fue algo muy especial por la manera que salió y cómo la grabamos. Fue emocionante que apareciera Jerry, pero al mismo tiempo él tiene un sonido muy personal que es difícil de replicar en vivo. Así que entiendo por qué Stephen estaba preocupado. Lo que nos propusimos fue pensar la canción de una forma diferente, y darle un encaje distinto. Obviamente que nos sale distinta que la versión de estudio, y a mí me toca replicar eso… (piensa). Mejor dicho, me toca hacerme cargo de esas partes. Es claro que no puedo tocar la viola como él, es más, ¡no soy buen guitarrista! (se ríe). Pero traté de mantener las secciones más importantes de su melodía y rearreglarlas con mi estilo. Así que en vivo tenemos otra versión de la canción, en la que le damos el espíritu de Deftones. De todas formas, “Phantom Bride” ya estaba compuesta desde antes que Jerry Cantrell colaborara con nosotros, así que iba a ser una lástima si nunca la tocábamos.
-¿Cuántas ideas tienen para el nuevo material?
-(Medita la respuesta). Hay seis o siete canciones, que todavía están mutando. Son muy poderosas, y estoy ansioso porque, como te conté antes, viene siendo un proceso colaborativo. Creo que todos nuestros discos fueron postales de lo que estábamos pasando en cada momento. Ya sea con “Adrenaline” (1995), que éramos chicos, con “White pony”, que habíamos madurado un poco, con “Diamond eyes” (2010) o con el que estamos grabando. Cada uno tiene su propio feeling, porque pertenece a una época. Hoy somos tipos más viejos, supongo, pero seguimos disfrutando de hacer canciones con riffs marcados, melodías copadas y mucho groove. Es muy divertido.
-¿Cuándo creés que va a estar en la calle?
-Es una pregunta complicada, porque no tenemos una idea definida ni un deadline. Sólo estamos componiendo, tomándonos nuestro tiempo y viendo adónde nos lleva el material.
UN HOMBRE INTELIGENTE
-Siempre contaste que adentro tuyo hay un “bicho raro intelectual”. ¿En qué momentos pensás que sale a la luz?
-No sé, capaz que cuando compongo. Soy bastante tonto, y hago reír a la gente hablando de boludeces. Creo que además tiene que ver con las personas que me rodean, y con las que elijo juntarme. Todas ellas tienen una forma de ser bastante particular. No creo ser demasiado inteligente, pero sí soy especial.
-Ese intelecto te llevó a hacer cosas extrañas, como filtrar tu propia dirección en “Street carp”, del exitoso “White Pony”. Cada vez que decías “Here’s my new adress: ‘6 6 5 oh, I confess’”, te referías a tu cuenta de Gmail. ¿Alguien te escribió?
-¡Es cierto! No, nadie me contactó (lo dice indignado). Estuve muy triste porque ninguno lo entendió, y todos se dieron cuenta recién cuando lo comenté. Fue gracioso, durante años y años tuve esa casilla y no recibí nada (se ríe a carcajadas).
-Otra de las locuras que hiciste fue dar un show dentro de un volcán en Islandia, en 2016. ¿Cómo fue esa experiencia?
-¡Increíble! Lo peor fue tener que tocar yo solo, porque soy una mierda con la acústica. En general dependo mucho de los músicos que tengo alrededor para que me “engrandezcan”, así que nunca me consideré un tipo que pudiera agarrar la guitarra y llegarle al público. Antes hablábamos de los miedos… bueno, ése fue el más grande (risas). Me asustó más que otra cosa, aunque la parte de ir bien adentro del volcán fue divertida y fantástica. Es algo que siempre voy a poder contar que hice.
PREPARÁNDOSE PARA SUDAMÉRICA
La banda tocará en el Luna Park el jueves 1º de junio junto a Quicksand, el grupo del bajista Sergio Vega. Será la segunda vez de Deftones en ese lugar (la primera fue en 2007), aunque en sus treinta años ya se presentaron otras cuatro veces en nuestro país (incluyendo cuando fueron teloneros de Red Hot Chili Peppers y de System of a Down).
-Considerando que el público argentino aún no escuchó temas de “Gore” en vivo, ¿harán hincapié en ese disco, o se moverán por toda la trayectoria de Deftones?
-No diría que será un “Best of”, pero repasaremos toda nuestra carrera. No vamos a enfocarnos sólo en los temas más populares: meteremos algunos raros, obviamente otros de “Gore” y de casi todos los discos, incluyendo “Adrenaline”. Rara vez tocamos canciones de “Deftones” y de “Saturday Night Wrist”, porque fueron de nuestra etapa más oscura. Pero en general mezclamos un poco de todo, y eso nos mantiene contentos a Deftones y al público. En primera medida tratamos de divertirnos nosotros, ¡así que va a estar bueno!
Las entradas para Deftones + Quicksand en el Luna Park se consiguen por sistema Ticketportal, y van de los $700 a los $1.500.
Fotos: Frank Maddocks