Si ya escuchaste la ultima campana,
de este carnaval agónico no hay,
ganas de venir,
a casa y acostarte un rato junto a mi.
Ponele color al cielo que nos mira despertar.
Ordena cada minuto, pone al tiempo en su lugar.
Decile al viento donde comience a soplar.
Y cada mañana brillaras,
sobre el sol y con mil colores,
que lo hagan opacar.
Podrían traer el infierno en tus manos,
que comerían igual.
Vagarían por tu pecho para verte sonreír.
Y buscarían tus piernas para calmar la sed.
Abrís caminos que, se pierden al andar.
Y veo en tu mirada lo poco que llevas:
Vos, tu pena y mi dudar.
Y cada mañana brillaras,
sobre el sol y con mil colores,
que lo hagan opacar.