Si pensás un segundo antes de hablar
vas a ahorrar mucho tiempo,
no vas a tener que ponerte a explicar
porqué dijiste eso…
Si me pongo un segundo a pensar
no sé porqué digo ésto,
ni que yo fuera alguien que guste de andar
aconsejando al resto.
Dejaste sin hacer la cama y los mandados,
dicen que en la guerra nunca sobran soldados.
Si gastás un segundo más en mirar
cómo rebota la lluvia en el asfalto
vas a sentir cómo te va a salpicar
la vida desde lo alto.