Si muerdo la manzana no hay paso atrás, amor.
«La vida es una sola», me apura el corazón.
Se mueven como luces, las damas, con el rock.
La noche es recompensa a los días sin color.
Despierto con mis sueños gritando «¡Por favor
no caigas en las sombras de la resignación!».
La inercia se aprovecha extrayendo tu motor.
Fijate, nunca es tarde, esto depende de vos.
No hay edad, no hay color,
no hay piedad, no hay dolor.
Tu baile se aprovecha de la insatisfacción
que sufren, por las noches, personas como yo.
Si la vida es una: ¿Qué hacés en el sillón?
Decime que te espere o te lanzo mi intención.
Despierto con mis sueños gritando «¡Por favor
no caigas en las sombras de la resignación!».
La inercia se aprovecha extrayendo tu motor.
Fijate, nunca es tarde, esto depende de vos.
No hay edad, no hay color,
no hay piedad, no hay dolor.
Nada podrá tumbar, jamás,
a nuestra eterna decisión.
No hay edad, no hay color,
no hay piedad, no hay dolor.
