Entrevista a la banda chilena Chancho en Piedra, que ya visitó nuestro país varias veces con su funk rock de toques latinos.
El Pepsi Music fue la cuarta vez que los chilenos de Chancho en Piedra visitaron Buenos Aires. Se trata de un cuarteto que cocina un funk rock divertido mirando de reojo la receta de Red Hot Chili Peppers o Primus, pero con algunos condimentos latinos. Tocan juntos desde hace una docena de años a lo largo de los cuales publicaron seis discos de estudio. La edición local de su última placa («Desde el batíscafo», 05) fue la excusa de la llegada. Las catorce canciones que lo integran fueron compuestas en una casona de la Isla Negra, pueblo marítimo donde vivió Pablo Neruda, y las grabaron en los estudios El Santito bajo la producción de Flavio cianciarulo.
¿Cuál es la pregunta que ya están cansados de responder?
Lalo (voz): «¿Porqué se llaman Chancho en Piedra?» Es pesado que a los músicos les pregunten por el nombre de la banda, es como que te pregunte a vos «¿Porqué te llamás Eduardo?». La diferencia es que una banda muestra personalidad a través del nombre. Igualmente siempre que salimos de Chile explicamos que chancho en piedra no es un porcino en una roca sino una pasta muy parecida a la salsa criolla, una mezcla de ingredientes: tomate, cebolla, ajo.
Un chimichurri.
Es como la energía de cuatro personas con distintas influencias musicales. Un plato nuevo, rico y picante. Eso es Chancho en Piedra.
En su música recurren habitualmente al humor ¿Qué necesidad tienen de referirse a situaciones cómicas para transmitir ideas?
Creo que es súper valioso. Nuestro país, como el de ustedes, tuvo una dictadura bastante fuerte donde se frenó la actividad cultural, lo que hizo que la generación de nuestros hermanos mayores naciera con miedo. En la música de protesta de esos años había sólo un cantante con una guitarra porque no se podía juntar mucha gente a ensayar. Cuando se produjo el recambio, nuestra generación quiso decir muchas cosas y hubo bandas que lo hicieron de un modo radical, como Fiscales ad Hoc. Entonces, como veíamos que ya había gente atacando al problema, nosotros decidimos reírnos del problema. Además el humor es una técnica que con el tiempo se separó de la filosofía, pero históricamente era una parte de la forma de pensar de las personas. Se medía la inteligencia por la capacidad de hacer reír a los demás. Yo creo que el día que la pasas bien es el día que te reís. Y nos gusta darle esa felicidad a la gente.
¿Qué influencia creen que aportó la ciudad de Santiago a su música?
Felipe (bajo): Santiago no tiene tanto cemento como Buenos Aires, pero es igualmente peligrosa y selvática. Su historia se escribió sobre los hombros de los obreros del 1800 en adelante. Nosotros nacimos y nos criamos en La Cisterna, una comuna no muy linda de la periferia. Somos de una parte que se llama Gran Avenida, donde hay un área comercial importante. Es un lugar que tuvo un pasado comercial glorioso y hoy es una zona algo marginal. Ahí se vendía de todo y para hacerlo había que ser buen publicista, ofrecer ingeniosamente y a grito pelado. Eso influyó a nuestros abuelos, a nuestros padres, a nuestro entorno y a nosotros. Por la venas de Chancho en Piedra corre la historia de esa gente que emigró de las zonas rurales tratando de acercarse a la Capital y quedó por las orillas. De repente esa zona metropolitana se empezó a poner dura y hemos tratado de resistirlo a través del rock.
¿Ahí hay bandas parecidas a Chancho en Piedra?
Lalo: Hay hermandad con hartas bandas, quizá no del mismo estilo. Salimos en el año 95 con una explosión de bandas nuevas y ahí se formaron muy buenas alianzas,. Los sellos apostaron y contrataron a diez o quince bandas y no quedaron muchas.
¿Y porqué ustedes sí?
Por distintos factores. Nos conocemos del colegio, hay una amistad de antes de formar la banda. En otros grupos se dieron luchas de egos, sufrieron de poco apoyo o se disolvieron para formar otras sub-bandas. Actualmente hay otra explosión y los sellos volvieron a ser lo que eran antes.
Es la quinta vez que llegan a Argentina ¿Qué ganan viniendo acá?
Que haya gente que conozca nuestra música. Nosotros tuvimos la suerte de que para el primer disco venían 500 personas, al segundo mil y hoy por hoy somos una de las bandas más populares de Chile. Y venir a Argentina es parte de un crecimiento natural de la banda. En este momento tenemos la experiencia, el nivel musical y la onda entre nosotros como para cruzar la frontera y buscar llegar a más personas. Para un artista es un crecimiento natural que ayuda a inspirarse. Ojalá nos vaya bien, pero no venimos a conquistar. A la gente que le guste… bienvenidos.
Toño (batería): Creo que a pesar de las diferencias, nos une la forma del humor. Hemos tocado en Perú y no es lo mismo. Cuando uno ve programas humorísticos de acá como Videomatch se entiende claro y es muy parecido a la burla y lo que hace reír allá.
¿Cómo fue la experiencia de trabajar con Flavio cianciarulo?
Felipe: Lo habíamos conocido en una gira con los Cadillacs y siempre fue muy simpático con nosotros. Es el más simpático de los Cadillacs, un músico súper versátil que puede producir metal, cosas piazzolescas o jazz. Lo elegimos como productor porque nuestra música también deambula por distintos estratos. Además, cuando fue a Chile lo esperamos con mucha comida, mucho marisco y quedó contento (risas). Una experiencia de la raja.
¿Cuánto pesa el groove en Chancho en Piedra?
Lalo: Después de tantos años creando música me parece que nuestras canciones son más lo que pensamos que lo que sentimos. Las letras tienen un doble sentido social o cognitivo que refleja una actitud frente a un tema. Nuestra música siempre tiene una invitación al baile. Allá tocamos tanto con grupos rockeros como con gente de otras generaciones que hacen cumbia. Y ahí podemos aplicar nuestro arte: hacer sentimientos tangibles que provoquen sensaciones.