La agrupación que fusionó rock, música de cámara y espíritu festivo vuelve con nueva música y un show en el Auditorio Belgrano.
La banda que supo mezclar el espíritu de la canción popular con arreglos de cámara y una sensibilidad distintiva está de vuelta. Me Darás Mil Hijos, el grupo formado a comienzos de los 2000, retomó la actividad luego de casi una década, con nuevas canciones, salas llenas y una formación que combina historia, amistad y renovación. “Es como si nunca nos hubiésemos ido”, dijo Federico Ghazarossian, contrabajista y uno de los integrantes fundacionales del grupo.
El regreso fue, en parte, casual. Mariano Fernández Bussy, cantante y guitarrista, estaba de paso por Perú cuando sintió que era el momento. “Pensé que estaría bueno volver a tocar, como un cierre, sin grandes planes”, contó. Un mensaje en el grupo de WhatsApp bastó para activar una maquinaria que parecía dormida, pero que seguía tan viva como antes. La respuesta fue inmediata: “Dale, volvamos a tocar”.
Desde entonces, no dejaron de sucederse los conciertos con localidades agotadas, primero en el Tasso, luego en Rosario y La Plata. Ahora, el sábado 26 de abril, se presentarán en el Auditorio Belgrano, repasando canciones de sus tres discos editados y presentando nuevo material. “Lo que más disfruté fue volver a ver a todos, volver a tocar y sentir que la música estaba intacta”, explicó Ghazarossian.
El grupo —conocido por su instrumentación particular y sus composiciones de espíritu colectivo— mantiene gran parte de su formación original. A Fernández Bussy y Ghazarossian se suman Gustavo Semmartín, Christine Brebes, Carolina Flechner, Damián Rovner, y nuevas incorporaciones que aportan aire fresco al proyecto. “Es hermoso ver cómo las canciones siguen vivas y se siguen resignificando”, señaló Fernández Bussy.
El retorno no se limita al vivo. Ya publicaron dos sencillos: “Esto o aquello”, con la participación de Manuel Moretti de Estelares, y “Procesión”, ambos con producción de Alejandro Terán. “La idea es ir sacando canciones de a una. En un par de meses sacar otra, y cuando tengamos siete u ocho, armar un disco”, adelantó Ghazarossian.
Más allá del formato, lo que atraviesa esta nueva etapa es el deseo genuino de volver a tocar. “No pensamos en grandes objetivos. Queremos hacer música, tocar juntos y disfrutar”, sostuvo Fernández Bussy. Para Ghazarossian, la clave está en que “se armó algo con sentido. No es una reunión forzada ni un revival, sino una continuación natural”.
En sus palabras, el espíritu original del grupo sigue presente: “Todo surgió desde el deseo y el afecto, no desde la necesidad de volver a estar. Por eso se siente tan bien”.
La cita en el Auditorio Belgrano promete ser un nuevo capítulo en esta historia que nunca se cerró del todo. “Creo que lo que pasó con el público nos terminó de convencer. Ver a la gente cantando, emocionada, nos confirmó que valía la pena volver”, concluyó Fernández Bussy.