Magio presenta «3000» junto a Dani Umpi y Kobra Kei. Este video está filmado en VHS y abre un trayecto de intuiciones, pistas y sabores que nos llevan a un encuentro. El artista nos propone un cocktail de afectos lúdicos donde hasta la oscuridad puede brillar.
¿Cómo surge la colaboración?
Escribo letras en cuadernos o en las notas del celular, y una vez que vino Dani Umpi a casa le mostré unos párrafos y nos quedamos la noche entera dándole forma e inventando melodías. Apareció más tarde otro duende de Neuquén, John Aplle, que musicalizó las letras, de ahí viajó a Francisco Demichelis que nos grabó el mismo día que se despertó la Kobra Kei en casa… Así que era imposible no darle un micrófono. Y cuando parecía que ya teníamos una canción se me ocurrió visitar a Ezequiel Araujo para que rompa todo en tres mil pedazos y se vuelva a formar.
¿Cuáles son tus influencias musicales?
Happy Mondays, David Bowie, Black Grape, Queen, Stone Roses, Shakira, Dani Umpi, kobra Kei.
¿Cómo fue la filmación en el contexto pandémico?
Mi amiga Kami Koni llegó de Berlín para pasar el verano acá, que estaba todo más flexible. Para mi, ella es una artista audiovisual y lisérgica del futuro. Le mostré la canción y le gustó mucho, empezamos a filmar en momentos que nos encontrábamos al aire libre. Dani Umpi está viviendo en Uruguay por pandemia, y nos mandó unas tomas que filmó en su casa con fondo de croma. Al principio, no sabíamos qué íbamos a hacer con su cara flotante, y se nos ocurrió que sea un sol onda el bebé de los Teletubbies. No entendíamos cómo vincularlo con las tomas que veníamos haciendo y, de alguna manera mágica, terminó siendo lo mejor del video.
¿Por qué elegiste el formato VHS para filmarlo?
Quería escaparme un poco del HD. Cuando veía videos de chico había algo en la magia de filmar con cinta que poetizaba las situaciones. Quería abrir un trayecto de intuiciones, pistas y sabores que nos llevan a un encuentro, o desear un encuentro. No se trata de saber de la presencia de alguien, sino de sospecharla, saborearla. Sentí que filmar en VHS nos ayudaba a entrar en el bosque cyborg surrealista en el que nos sentíamos parte.
Teniendo en cuenta que tus temas son más del género pop, ¿pensas variar en otro género o te sentís cómodo?
Me cuesta meterme en un género. Supongo que hay algo del pop que me conecta con lo lúdico y eso me da espacio para crear y transformarme en lo que quiera. Hay mucho prejuicio con el pop. De chico, me acuerdo que me cargaban en el colegio por escuchar divas del momento que salían en MTV, y de grande también. Se relaciona al pop con algo femenino, infantil o gay; y la verdad que en este mundo gobernado por machirulos sin alma, prefiero cantar sintiendo adentro la emocionalidad de una mujer, la libertad de un niño o la fuerza de una disidencia.