El quinteto cordobés que fusiona pop, rock y folklore presenta su álbum debut «Abril».
Oriundos de La Falda, el grupo se conforma con Alan Chevalley (voz, guitarras, violín), Yago Gómez Silva (voz, guitarras), Gonzalo Luciani (batería, djembe, derbake y cajón), Marcelo Fink (bajo) y Claudio Guzmán (percusión). A fines de 2015 lanzaron su primer disco.
«Sentimos que estábamos preparados de entrar a grabar cuando nos dimos cuenta que algo nos identificaba y lo queríamos dar a conocer, verlo desde afuera –cuenta Alan sobre el nacimiento de «Abril»–. Luego de una serie de conciertos brindados en el Valle de Punilla, donde consolidamos un repertorio de 14 canciones, decidimos grabar 5 de ellas, las de mayor influencia y autenticidad».
Como todo debut discográfico, para El Séptimo Árbol tener las canciones compiladas en formato físico los sitúa en escena para poder mostrarse.
«El disco trata de una necesidad, de querer escuchar las imágenes y sonoridades que deambulan en nuestras cabezas, plasmarlas de algún modo en una canción o en unas fotografías, que son el arte de disco, que no es menos importante; y por lo que hicimos una caminata al cerro Champaqui donde recolectamos las fotos –explica el cantante sobre el contenido del álbum–. Entre tantas cosas lo que intentamos transmitir, y como nos lo proponemos cuando estamos haciendo los arreglos de alguna canción, es pureza. Esa extraña mezcla de simpleza y complejidad que podemos ver y sentir directamente en un entorno natural».
¿Cómo definirían la música de El Séptimo Árbol?
Es muy difícil definirnos, como es muy difícil definir cualquier cosa, ya que nos encuadraríamos en un lugar, y lo que más queremos hacer es estar en movimiento. Un grupo de personas que hacen lo que sienten la necesidad de hacer.
¿Qué canción de «Abril» es la que sienten que más los representa?
Para mi es «Abril», la canción que le da nombre al disco. Buscamos todo el tiempo tener los argumentos creativos para hacer ese tipo de canciones.