Bruno Albano se reúne con nosotros en Eterna Cadencia, una librería en Palermo, que da color a la entrevista donde hablamos del próximo lanzamiento de su disco, de la vida, y por supuesto de libros.
Bruno es parte de Banda de Turistas y ahora está comenzando su camino solista. Este año lanzará un disco del cuál ya conocemos 3 singles. «Canción común», una balada con olor a Jingle de publicidad navideña en tono irónico; «Pulsame en paz», una voz luminosa entre pasajes infernales; y la directa y penumbrosa «En la cama», que invita a levantarse sólo si tenés ganas, y refleja perfectamente el espíritu de esta entrevista. Desde un ánimo muy propio, Bruno sale con su nuevo disco, donde sus cuentos van volando, donde el sentido de obligación no juega.
Comenzamos la entrevista jocosamente, recordando nuestro reciente encuentro en este mismo lugar, fuimos a la presentación de un libro y renovamos el espíritu de una nota que quiso ser hace años y no pudo ser. Es que seguramente el momento sea ahora con el disco pronto a salir. «Ser solista tiene que ver con un crecimiento, con romper un esquema que uno va construyendo con el tiempo, y a lo que te vas dedicando. Quería salir un poco de lo que era yo, romperme a mi mismo. Estoy con BDT desde que tengo 17 años, ahora tengo 30. Aprendí a vivir con BDT, salíamos de gira y grabábamos discos. Ninguno llegó a estudiar o tener un trabajo formal. La banda siempre fue nuestra obligación, nuestro compromiso, partíamos desde ahí. Entendí que estaba bueno también buscarle otra vuelta, como podía yo romper con lo que había construido. No por resentimiento, quería descubrir otras cosas. Creo que se trata siempre de eso».
Bruno quiere salir de la «‘versión oficial’ de mi mismo. De lo que soy, ante el ojo público. Cambiar el rol, volver a la nada. El desafío de este proyecto es arrancar de cero con el proyecto musical, apoyándome en la experiencia de mi proyecto de vida anterior, sabiendo como funciona la industria de la música, el público y esa maquinaria. Es algo que desarrollaré en paralelo».
«Con BDT nos conocemos hace 15 años. No hay muchos secretos entre nosotros. Si uno dice algo, ya con verle los ojos al otro sabemos lo que piensa. Estar solo es un mundo nuevo en la música para mi. Lo que me divirtió fue grabar solo, empezar a producir música solo. Más que nada me saqué las ganas de grabar con el piano. Si bien el disco lo hice con Tuta Torres, con él fuí a plasmar la idea de un montón de demos que había grabado en mi casa. Grabé los coros, las guitarras, los arreglos, todo a mi gusto».
Sobre su vida Bruno nos contó sus orígenes en la música. «Yo empecé a tocar la guitarra a los 10, más o menos, muy autodidacta. Mi papá tocaba el chelo, un adicto a la música clásica, con miles de vinilos en mi casa, y tenía una guitarra criolla que se había comprado cuando vivió en Londres en los ‘70s. Él estudió muchos años guitarra clásica. Cuando yo nací, el chelo lo había dejado, pero tengo muchos recuerdos de mi papá con la guitarra tocando obras de Bach, piezas clásicas. Mi hermano más grande también tocaba, en esa época vivíamos en una quinta en Tortuguitas con mi abuelo. Mi hermano tendría 18 años, tenía una casa apartada donde paraban los amigos, escuchaban música, tocaban, tomaban vino. No eran muchachos que escuchaban Zeppelin, si no todos estudiosos de música brasilera, cubana, medio exótica. Venían estos amigos y armaban shows entre ellos. Se venían con el chelo, el contrabajo. Se quedaban a dormir, comían asado. Me parecían geniales, ahí con la barba, fumando. Yo empecé a tocar más que nada porque me había comprado un cancionero de los Beatles en el Musimundo de Pilar. Mi mamá y mi hermano escuchaban los Beatles, yo escuché un disco y me fanaticé. Cuando vi el cancionero me lo compré sin saber qué era. ‘Bueno, ahora estoy obligado, tengo que tocar la guitarra’ pensé. Entonces mi hermano me enseñó acordes simples y el cifrado americano y arranqué solo así. A los 11 ya tocaba bien el cancionero. A los 12 empecé con el bajo, habré ido 6 meses porque me embolaba que era los sábados a la mañana. Viví en esa casa hasta 6to grado, después Maswichtz, la secundaria en Lomas de Zamora. A los BDT los conocí en unas vacaciones. Yo tenía un amigo muy cercano, que somos amigos desde los tres años, el era mi núcleo con Capital. Me invitó con la madre a unas vacaciones en Pinamar por el 2004, ahí lo conocí a Tuki y a Pato».
El disco está todo grabado, tiene fecha estimada de lanzamiento en agosto de este año. Ya salieron varios singles, y la idea es que salgan 2 más, uno en junio y otro en julio. «Me falta pulir algunas partes con músicos invitados, dos o tres días con Tuta para terminar de darle forma». La idea del disco le surgió a Bruno durante la grabación de «Lo que más querés». «Con Tuki llegamos a tener 50 canciones entre los dos. Ahí yo empecé a grabar en mi casa, empecé a producir, de esa época habrá 3 temas en el disco».
Sacar cada single en las plataformas digitales requiere de un trabajo de diseño constante. «Estoy trabajando con Leo Santos (visuales de Babasónicos), para las tapas de los tres singles yo tenía algunas ideas y las trabajé con él. Ahora me está haciendo un video lyric con unos dibujos míos, que es casi un videoclip».
Bruno es un ávido lector. «Leí un montón este año, tres novelas de Alessandro Baricco, muy buenas, lo volví a descubrir. Después de literatura Argentina nueva leí de Juana Isola ‘Nuestros Adolescentes’, de mi amiga Malén Denis ‘Litio’, uno de Marcelo Cohen, y ‘Manija’ de J.P. Zooey». Le gusta leer y escribir y no desgasta su libido de escritor solo en las canciones «Hace mucho empecé escribiendo cuentos, hace un año siento que empecé a escribir un poco más en serio. Me gustaría escribir algo más largo. Ya tengo algo que superó el cuento, una página por día es lo que me dan las ganas, de golpe estoy escribiendo y digo, bueno, basta de esto».
Sobre qué lo impulsa a Bruno a ‘salir de la cama’, nos decía: «Ahora me levanto todos los días y me pongo con el piano y la guitarra. Lo que siento que es mi misión como artista es dejar algo trascendente, quiero romper algún esquema, lograr algo nuevo, aunque sea un intento en el que pueda fracasar. Entonces no lo conseguís, y tenés que encaminarte otra vez hacia allá, y eso funciona como un motor. Un arma de combate, no es mejorar al mundo, pero mejorarse uno y tu entorno, así cuando no estés, eso pueda seguir vivo».