La banda estrenará su tercer álbum de estudio, «El equilibrio entre los opuestos», con un show en el Teatro de Flores.
Un estallido de acordes ocasiona un súbito asombro. La explosión disemina canciones con una voz potente. Suena convencida, genuina. Comunica su mensaje con entusiasmo y autoridad.
«Somos sinceros y componemos lo que nos gusta. Hablamos de lo que nos pasa. La mayoría de las canciones relatan vivencias, situaciones cotidianas. Hay fuerza e introspección. Oscuridad, tensión y brillo. El disco tiene un balance entre diferentes estilos musicales», revela Nicolás Persig, miembro de De La Gran Piñata.
El grupo prepara una estruendosa actuación en el Teatro de Flores. Presentarán su nuevo material discográfico, «El equilibrio entre los opuestos», el próximo sábado. «Estamos muy contentos con el disco. Logramos el audio que deseábamos. Sentimos que representa con absoluta precisión el momento musical de la banda en la actualidad», describe el bajista.
La detonación esparce incendiarios riffs de guitarra nutridos por una base demencial. La lírica seduce a los oídos, persuadiéndolos con su relato. «La variedad musical del nuevo álbum es el fruto de una búsqueda incesante y del trabajo compositivo efectuado en esta ocasión. Creemos que la clave es no dejar de investigar, de explorar», afirma.
Hallar los elementos para provocar una onda expansiva de gran alcance resulta complejo. Sin embargo, la banda logra combinarlos acertadamente. El efecto es arrollador. «Trabajamos duro. Invertimos mucho tiempo. Elegimos un sonido. Decidimos laburar sin límites ni plazos. Hacemos lo que sentimos. Queremos estar conformes con lo que componemos», explica el músico.
A principios de año, registran los trece temas que integran su tercer LP. Eligen a Ariel Lavigna como ingeniero de grabación y mezcla. «Hubo mucha química. Pegamos onda de movida, cuando me acerqué a presentarle el proyecto. Empleó un criterio acertado. Escuchábamos sus sugerencias y las ejecutábamos. Siempre atinado. Su visión externa a la del grupo significó un aporte en sí mismo», detalla Persig.
¿Cómo deciden el método de grabación?
Es una resolución que tomamos tras pensarlo durante un largo tiempo. Hicimos algunas pruebas piloto. Reeditamos nuestro primer disco, «Miércoles», en vivo. Lo grabamos en La Trastienda. Sirvió para adquirir confianza. Además, lanzamos un EP a fines del 2014 como adelanto del nuevo material. Recolectamos los argumentos necesarios para grabar todos juntos, en simultáneo. Ariel Lavigna definió esta metodología de trabajo. Percibió que la banda ofrecía un plus de energía y consideró que la perderíamos al registrar las canciones de otro modo. De esa manera, logró convencernos. Empleamos ese sistema tanto en la composición como en la pre-producción.
¿Por qué masterizan el disco en Estados Unidos?
Utilizamos el EP para buscar la sonoridad del disco. Fue un test. Tras escucharlo, concluimos que debíamos masterizarlo allá. Era el elemento que faltaba para obtener el sonido que imaginábamos. Afortunadamente, coincidió con un viaje laboral de Ariel. Nada mejor que un representante del grupo para supervisar el trabajo. Conseguimos el mejor estudio disponible para que Joe Laporta efectúe su tarea. Cuando recibimos el trabajo finalizado, obtuvimos el resultado esperado. Sonaba exactamente como queríamos.