David Lebón lleva años ya en el rock. Desde participaciones en el primer disco de Pappo, La Pesada del Rock & Roll, un disco solista aparecido en 1973 para el sello Microfon y otras grabaciones, fue marcando con su aporte la tistoria del rock nacional.
A los 8 años nos encontramos con un artista que prefiere expresarse a traves de su música antes que por los medios de difusión. Un músico prolífico, dedicado actualmente de lleno a su participación en «‘Seru Giran» y a la realización de su segundo álbum solista *»*Nayla»* que pronto estará en la calle. Un artista que ha sufrido una evolución personal, que aporta su particular visión al proceso actual de nuestra música…
Me acuerdo que una vez hicimos una nota en el diario «La Opinión»‘ con algunos tangueros que nos acusaban a Charly (Garcia) y a mi de extranjerizantes, de que ‘no teniamos raiz. Les contesté que sinceramente nunca me ocupé de saber mi raiz: siento que soy de acá, mis experiencias en las letras son de acá.
El asunto de las raices en parte es cierto: todo el mundo está buscando raices. Hay paises fuertes como Brasil; pienso que nuestro pais es muy joven y nosotros tenemos en nuestras manos la posibilidad de que estas raices existan en determinado momento. Queda también en manos del pais. Hay muchos argentinos que no quieren reconocer a la música de hoy, pero es como dijo Piazzolla: ‘Si a nosotros no nos abrian las puertas la música en este pais se moria», porque nosotros somos los que vamos a llevar adelante todo lo que dejó de existir en un momento. La gente tienen que comprender que los tiempos cambian, que los jóvenes crecen y los viejos mueren, Quizás mis hijos toquen la música con botones y yo no esté de acuerdo, pero tengo que comprenderlos.
El bajón del que se habla en el rock es un bajón general en todo el pais. Los músicos somos el último orejón del tacho. En este momento todo el pais está viviendo el partido Argentina-Alemania. El Fubol es increible. A mi mucho no me conmuéve. Y la música, que es algo tan sincero y real la dejaron atrás. Piensan que porque estamos con las. guitarras eléctricas somos yanquis. Yo estuve cinco años sin música en casa porque si nos pasamos la vida escuchando la música de afuera va a pasar que nos vamos a frustrar por querer tocar como ellos. Los tipos que tocan afuera no somos nosotros. Son ellos. Tuvieron su experiencia, su vida, sus antecesores. Nosotros somos esto; tocamos y sale de determinada manera, de acuerdo a las posibilidades que tenemos material y espiritualmente, Soy un tipo feliz de ser de acá, contento de no estar como la mayoria de mis amigos queriéndome ir. Me dicen: «Yo me voy porque acá no pasa nada y es un bajón». Yo quiero ver qué pasa acá.
Siento que mis experiencias únicamente las puedo transmitir en mi pais. En otro lado nadie me va a entender. Quizás me pudiese ir bien acompañando a alguien en el exterior pero no me interesa. Tampoco quiero ser famoso. Una vez luve una visión de eso y me fue bastante mal. Fue en la época de Pescado Rabioso: queria ser una estrella, queria superar a Luis, ser lo más grande que hay y por eso hacia las tonterias que hacia; vestirme de determinada manera, tirarme al piso, hacer locuras. Eran proposiciones de mi mente, la edad también influyó, pero llegó un momento en que sufri por eso; iba a mi casita y me quedaba solo. Sufría porque no era honesto.
DE POLIFEMO A SERU GIRAN
Luego vino la época de Polifemo, Fue una etapa que me gustó. La vida te junta y en ese tiempo habian tres rebeldes que éramos Rinaldo (Raffanetli), Juan (Rodriguez), más tarde Ciro y yo. No era rebeldia contra nada. Era una rebelión interior, confusión, y se nos dió por tocar rock al mango. Creo que fue lo mejor que hubo en trio durante los primeros dos o tres recitales que dimos. Pero fue un momento, como es todo. No separamos porque yo soy de una manera, Rino y Juan de otra. Habia una agresión en la música del grupo que yo no sentia. Necesitaba otra cosa y un dia dije: *»*Perdonenme, pero yo no puedo tocar más». Ahi terminó Polilemo, Fue divertido, haciamos una cosa muy poderosa, muy fuerte. Habia también mucha música y energia. Pero todas las cosas terminan.
Después estuve solo un tiempo. Formé Celeste que era todo lo contrario a Polifemo. El grupo que menos duró pero fué la mayor experiencia de amor que tuve con la gente de un conjunto. Tocábamos en lugares de 300, 400 personas.
La gente se iba llenisima y yo también. Ningún recital salió mal por el hecho de que los que estábamos en Celeste teniamos la misma visión musical y entonces se lograba una energía muy poderosa.
Esa visión de la música significa que ésta es una manifestación de Dios y vos no sos más que un canal. Depende de tu abertura ¡a esa energia para que puedas componer bien o mal, de tu sensibilidad y también de tu ego. La música, esa energia viene y podés agarrarla y robártela y decir que es tuya. Nosotros, en Celeste, sabiamos que nada de lo que estaba pasando era nuestro sino una manifestación de la energía.
Y pasaba eso con la gente. Ibamos a tocar y la gente se volvia loca. La música es un arma de doble filo, te puede llevar hacia un lado y hacia el otro. Celeste nos llevó hacia un lado que siento que la música es: nada y todo a la vez; no queriamos mostrar lo bueno que éramos sino lo que teniamos adentro y eso salia por el simple hecho de «que lo haciamos honestamente. Eramos Juan Rodriguez en batería, Alejandro Caboti en guitarra, «Monoso»‘ Horacio del Rio en bajo, Ricardo Roth en percusión y Miguel lannover en saxo.
Mientras aún estaba en Celeste, Charlie vino a casa. En esa época yo estaba super bien con la música, con la familia. No necesitaba nada. Charlie se queria separar de La Máquina y vino a ofrecerme tocar con él. Le dije que no, que ya me imaginaba lo que ¡ba a pasar. Yo no queria ganar más dinero ni ser más famoso: queria estar bien con la música y con la gente. Al segundo dia vino con facturas y seguimos charlando y yo me mantenía en el «No». El tercer dia vino con más »poder» que nunca y me ofreció tocar al menos en el Festival del Amor. Vi tanta energia en él que acepté. **¡Quizás salga algo de todo esto!'». Fue hermosa la experiencia del Festival, y Celeste, en lo mejor de todo, se abrió. Sin peleas, simplemente se disolvió y todos seguimos viendonos. Sigo pensando que Celeste fue lo mejor que hice como grupo, en lo que realmente significa grupo.
Luego comenzamos a componer con Charly. Me empezó a gustar la diferencia que habia entre los dos, aunque veia que en algunas cosas éramos iguales. Los dos queriamos amor, pero los caminos eran distintos. Me gustaba por eso. Me encantan las cosas difíciles. Lo que nos mantiene juntos es esa diferencia entre ambos que nos permite ver lo que el otro hace mal y viceversa. Si los dos estuviésemos haciendo lo mismo nadie vería los errores del otro.
Seru Giran anda muy bien. Hay gente que no gusta de Seru, de la misma manera que no gusta de Pappo o de otros grupos; pero el poder musical del grupo es muy fuerte. Hay problemitas como en cualquier lugar donde están trabajando 40 personas.
El otro viernes, por ejemplo, tocamos un tema de los Beatles. A mi me parecía divertido. No siempre podés estar serio porque en escena eso es una caretada. Después vas al camarín y empezas a joder con todos los músicos, y por qué no ser así con el público?
NAYLA
Ahora estoy armando un grupo para presentar mi álbum solista. Quizás lo siga teniendo aparte de Seru, para tocar. Van a estar Diego (Rapoport), Moro y estoy buscando un bajista. En el disco participan además Pedro (Aznar) y Ricardo Roth. Creo que va a gustar mucho.
Hace mucho que queria hacer el disco. Sale simple aunque ¡iba a ser doble pero parece que es muy dificil para una compañia sacar un doble, más de un tipo que no es muy conocido. Para mi es como el primero, es fresco. Todo salió de primera toma y los temas tienen una onda muy especial, muy de adentro. La evolución respecto a mi primer disco es más que nada humana. Se nota en las letras también. No tiene muchos arreglos, no me interesan. Quiero que los temas salgan como vinieron. Igual que en el escenario. A veces me sorprendo de la energía que hay. Mis dedos van y vienen por la guitarra y sin embargo no sé una nota de música. El disco se llama «Nayla» y se to dedico a ella, mi hija, por un accidente que tuvo. Tenía que ser para ella, no cabía otra.
Tuve muchos problemas con la humanidad con lo que le paso mi hija. Muy poca gente realmente se acercó. Tuve una gran pelea con Dios, no sé por qué razón le tenemos que echar siempre la culpa a Dios cuando pasa algo. A los diez minutos uno recurre nuevamente a El. Este hecho cambió totalmente mi vida porque me di cuenta qué importante es «ser» humano; cómo a veces uno buscando un camino espiritual pierde, te vas volviendo una heladera. Por ejemplo con Luis Alberto (Spinetta) hace 3 años que no nos veíamos ni hablábamos y un día vino al hospital cuando Nayla estaba en terapia intensiva y me abrazó poniéndose a llorar como un chico. Eso me conmovió mucho porque vos nunca sabés lo que te va a pasar o quién es la persona que realmente te ama. Por ahí, la gente con la que estaba las 24 horas al día no apareció. Comprendi que nosotros, los seres humanos, somos el astral más bajo que hay en todo el universo porque la mayoría de mis amigos no supieron cómo manejar esta situación, qué hacer, qué ofrecerme. Sentí como que a nosotros nos falta tanto para aprender y vivir.
Tenia tanta necesidad de hablar con alguien. A veces estaba en casa y tenia momentos de esquizofrenia: momento de estar bien y momentos de largarme a llorar sin ninguna razón y darme cuenta que la única relación que yo tenía con alguien era con la vida, con la energia. Lo único que necesitaba era hablar, largar todo lo que tenia adentro porque mi hija se estaba muriendo y yo también, porque yo estaba vivo y se me cayó el mundo abajo. Yo pensaba que tenía todo en un estante, que todo estaba claro y es como que ahora estoy entero otra vez con la diferencia que estoy contento con el hecho de que me siento más humano que antes. Tengo momentos en que tengo ganas de abrazar a la gente. Lo que lamento es que tengan que pasar estas cosas para que nos demos cuenta de que tiene que ser así. Mataria que simplemente suceda porque asi tiene que ser. Ahora ella está muy bien, El sábado fue al recital del Auditorio Buenos Aires. Es un ser increible. Interiormente sigue siendo, la misma de siempre. Era increible como Navla, con su año y ocho meses, estando internada nos daba amor a nosotros y como nosotros nos ilustrábamos. ¡Es tan loco! Me daba cuenta que somos tan masoquistas. Nos gusta acomodarnos al sufrimiento, que nos pase algo para que los demás vengan y le acaricien. Todo porque neucusitamos un poco de amor. No es una cosa mala; lo que pasa es que mararia que el amor fuera una cosa real y no buscar formulas. A mí me está pasando eso ahora. No busco ninguna fórmula; no me interesa ser famoso, que me hagan notas ni salir en la tapa de ninguna revista. Simplemente quiero tocar hasta que mis dedos den, hasta que me doble todo como mi abuela, y tratar de ser lo más honesto posible con la gente y nada más.
Reportaje: Ralph Rothschild
Fotos: Bobby Curto