¿Puede una banda que lanza su primer disco tener el mejor material del año? Quizás sea demasiado apresurado darle semejante voto de confianza a un conjunto que recién comienza a dar sus primeros pasos, como es el caso de Camus.
Un álbum debut tiene esa mezcla entre lo naif y lo explosivo: con la poca o casi nada experiencia en un estudio de grabación hay que salir a dejar todo para que la carta de presentación deje una imagen positiva. Entonces reluce lo atractivo de lo fresco; aquello que, por nuevo, está eximido de cualquier comparación propia y libre de toda contaminación comercial. Por lo tanto, la respuesta a esta pregunta se puede hallar en el primer larga duración de este cuarteto rockero influenciado principalmente por el rock blusero y pesado de Led Zeppelin y Deep Purple.
Tras haber gradado un EP de tres canciones en julio del año pasado, la idea de lanzar un disco rondaba por la cabeza del grupo liderado por la voz femenina de Leticia Pitrella y que completan Santiago Kazlauskas (guitarras), Ivo Wozniuk (bajo) e Ignacio Cuneo (batería).
A comienzo de 2014, en medio de la búsqueda de estudio, mientras componían y descartaban material, el EP llegó al oído de Sirso Iseas (bajista de algunos proyectos de reconocidos músicos como Javier Martínez y Alambre González), quien los invitó a su estudio para grabar un par de temas, a los que luego se sumarían otro tras otro hasta llegar a, sin darse cuenta y sin premeditarlo, registrar el álbum debut de Camus. «En realidad nunca nos sentimos listos para entrar al estudio –explica Leticia-. La mayoría de los temas ya estaban compuestos antes de encantarnos con Sirso, y algunos datan desde los primeros ensayos de la banda, y otros los compusimos sobre la marcha de la grabación como ‘Puedo avanzar’ o ‘Somos todos’, que tienen mensajes muy positivos de unión y esperanza. Mientras que otros sacan la furia de las injusticias que vemos los cuatro todos los días en la calle».
Así nace «Mandrágora»: doce canciones bien logradas, prolijas, con un sonido potente en el que se destacan «Del otro lado», «La La La» y «Aun no hemos visto nada», y que ubican a Camus en la línea de bandas, como Támesis y los rosarinos Vudú, que provienen de una notoria y marcada escuela Zeppeliana. «Son dos bandas que nos encantan y vamos a ver muy seguido, tienen una personalidad muy propia. Creo que la diferencia con Camus es que nosotros, en la licuadora musical, tenemos bastantes influencias de lo que pasó en los 90 con bandas como Stone Temple Pilots, Alice in Chains, Soundgarden o más viniendo para acá con Audioslave y Velvet Revolver. Mientras que por ejemplo Vudú tiene colores más bluseros y Támesis tintes más de soul».
La comparación con el conjunto de Page y Plant no solo llega desde la aplastante furia rockera, también asoma en la calma «Somos todos», que cierra el álbum y recuerda al «Going To California» de Led Zeppelin IV. «Estaba pensada como un riff eléctrico y pesado desde el principio, pero cuando empezamos a componer la melodía y la letra nos encantaba cómo quedaba en formato acústico –señala la joven cantante-. Lo compusimos mientras estábamos grabando el disco y nos dimos cuenta que teníamos prácticamente todos los temas al palo y que venía bárbaro para relajar un poco de tanta pirotecnia».
En estudio como en vivo, Camus suena y se ve como Led Zeppelin o Deep Purple: su potencia arrolladora, las poses y la estética arriba del escenario remontan a las épocas doradas de los conjuntos británicos, y bienvenido sea si la fuente de inspiración llega por esos lados.
La diferencia recae por supuesto en encontrar la imagen femenina al frente del conjunto: una voz grave e impetuosa que también retrotrae al La Torre de Patricia Sosa en los 80. Otra influencia, a nivel nacional, que aparece en «Mandrágora» está en el cover de «Algo ha cambiado» de Pappo’s Blues, tema que venían versionando en varios recitales. Leticia agrega: «Es un tema que siempre nos encantó. Los primeros tres discos de Pappo’s Blues para nosotros son un manual rápido de rock. Nos gustaba mucho tocarlo y veíamos que a la gente le encantaba, así que decidimos incorporarlo al disco como una especie de tributo».
El álbum debut de Camus, que también cuenta con la magistral participación de Patán Vidal en teclados, vio la calle recientemente y comenzó a distribuirse por todo el país. Leticia remarca: «Para los cuatro ver tu primer disco editado en formato físico es una sensación indescriptible. Después de tanto tiempo de tocar y de componer, tenerlo en la mano es alucinante. Hubo dos momentos en los que los Camus lloramos y lagrimeamos y fue cuando escuchamos la mezcla del primer tema terminada y cuando abrimos la caja y vimos todos los discos apilados. Todos crecimos escuchando bandas que idolatramos; y soñábamos con ese momento, incluso antes de aprender a tocar tres acordes».
¿Qué lugar busca ocupar Camus en el Rock Nacional?
Somos una banda de rock bastante crudo, y creo que nuestros shows son muy enérgicos. Tratamos de entregar todo en cada recital y que tengan esa cuota de improvisación, de sorpresa, que ya no se ve tanto. Para nuestro gusto, hoy en día, tanto a nivel nacional como internacional, hay muchos recitales y discos sobre-producidos y a nosotros nos gustan más las cosas poco planeadas, la espontaneidad. Creo que nuestro aporte se da en ofrecer un estilo musical que en lo que son las grandes ligas no se encuentra, y en lo que es el «under» tampoco se ve mucho.
¿Es redituable para una banda actual tener un sonido de rock clásico setentoso?
Hoy por hoy creo que ningún género musical es redituable si te referís a lo económico. En un principio, como toda banda, tenés que invertir en grabar o en viajar para poder ir a tocar a distintos lugares, después llega el momento en el que la banda se empieza a mantener con lo que produce y después llega el momento tan deseado por todos los músicos que es cuando podés vivir de la música, que para eso todavía nos falta bastante. En cuanto al género musical creo que tenemos la facilidad de que no haya muchas bandas que hagan este estilo y sí mucha gente que lo ame.
¿Qué los motiva a ustedes para decidir armar una banda, lanzar un disco, salir a tocarlo, y dedicarle la vida a la música, y a un estilo que hoy en día no es comercial?
A nosotros lo que nos motiva es la pasión, este loco amor que tenemos por escuchar música, y por hacerla. Siempre quisimos tocar, componer y grabar y por suerte hace un par de años que lo estamos haciendo. Tenemos la dicha de poder tocar muy seguido y, ni bien termina el recital, a los 20 minutos ya estamos deseando que llegue el próximo fin de semana para poder volver a salir a tocar.
Foto: Federico Fazzardi