Durante mucho tiempo Spinetta fue mi músico nacional favorito; al cual comencé a perderle las pisadas después de la separación de Invisible, ya que nunca llegó a convencerme su “conversión” al jazz.
Es por ello que me llevé una agradable sorpresa al escuchar su último LP con Jade (“Los niños que escriben en el cielo”), ya que no solamente es lo mejor que grabó desde “El jardín de los presentes”, sino que además lo muestra en su mejor forma. Y la clave de esta abrupta mejoría se debe a que Spinetta abandonó los insulsos pasajes y temas instrumentales que estuvo practicando durante un tiempo, en pos de lo que mejor sabe hacer: componer canciones.
Este ciclo de tres recitales en el Premier me dan la razón. Los mejores momentos estuvieron en temas como “Moviola”, “La herida de París”, el extraordinario “Umbral”, el hit “Contra todos los males del mundo”, “Dale gracias”, el orgásmico “Sexo”, o el muy festejado “Alma de diamante”. Todas canciones brillantes, emotivas, con ese sello tan particular de sofisticación que sólo Spinetta sabe imprimir. Incluso el tema nuevo (“El hombre perdido”), algo así como “Spinetta haciendo música disco”, demostró que LAS encontró, por fin, la manera de encarar el proyecto Jade. En contrapartida, el ritmo decayó con los temas instrumentales, sóbre todo en la parte central del concierto.
He oído muchas críticas acusando al grupo de “fríos” o “faltos de calentura”. Puede ser que sea así, pero nadie puede negar que Spinetta —en definitiva “La cabeza” de todo— aporta la cuota de emoción y calidez necesaria que compensa la supuesta falta del resto. Basta escuchar “Umbral” como prueba, Por mi parte, encuentro acertado el trabajo de la banda. Me causa gracia escuchar por boca de algunos colegas que “lo que le falta a Jade es simplicidad”, como si Spinetta alguna vez haya dicho que quiere hacer con Jade música simple. No estoy ni a favor ni en contra de su postura, pero si la hace bien —cosa que, como ya dije, recién ahora está logrando—, me parece perfecta.
Estaba olvidando puntualizar que otro de los momentos de excitación —especialmente para el público— fue la entrada de Pappo —en la función del día sábado— para acompañar a la banda en el último tema: “El Digital Ayatollah”.
Muy importante fue el papel cumplido por la excelente iluminación, completamente acorde con la música del grupo. El efecto que creaba era como una especie de gran pecera de colores, con los músicos en el medio de ella, Realmente extraordinario. En cuanto al sonido, puedo decir que fue bastante bueno, aunque me pareció por momentos mal ecualizado, y en otros un tanto saturado.
Spinetta-Jade ha encontrado definitivamente su mejor camino — lo cual no quiere decir que sea lo máximo que pueden dar. Después de este concierto, de haberlos visto por TV en PPM, y de conocer los proyectos que tienen en carpeta, no dudo en afirmar que éste será un gran año para Spinetta. Y me alegro.
Personal: Luis A. Spinetta: guitarra voz: Diego Rapoport: teclados: Leo Sujatovich: teclados; Frank: bajo: Pomo: batería.
Marcelo Gasió