El supergrupo progresivo fundado por Mike Portnoy y Derek Sherinian visitó la Argentina para presentar “Psychotic Symphony”, su primer disco de estudio.
Finalmente llegaron a nuestro país. Mike Portnoy (batería), Derek Sherinian (teclados), Billy Sheehan (bajo), Ron ‘Bumblefoot’ Thal (guitarra) y Jeff Scott Soto (voz) se presentaron por primera vez en la Argentina – es decir: todos juntos, como Sons of Apollo – para dar un show impecable, donde, además de presentar canciones de su disco de estudio, se permitieron coquetear con alguna que otra perlita del pasado.
El concierto, que arrancó con “God of the Sun”, continuaría, sin pausas, con “Signs of Time”, “Figaro’s Whore” y “Divine Addiction, para meter, inmediatamente, el primer cover de la noche: “Just Let Me Breathe”, de Dream Theater. Con un quinteto ajustadísimo, siempre a la altura de las circunstancias, la banda recorrió de punta a punta, pero no en orden, su único álbum. Así, pasaron, fueron pasando “Labyrinth”, “Lost in Oblivion”, la hermosa cuasi balada “Alive”, y el monstruoso y épico instrumental de casi once minutos “Opus Maximus”.
Como cabía esperar, todos tuvieron su protagónico, a solas, en el escenario (curiosamente, Portnoy fue el único sin número solista): Bumblefoot, con una divertida – y virtuosa, claro – versión del “Pink Panther Theme”; Soto jugando con el delay en un magistral a capella de “The Prophet’s Song” y una emotiva interpretación, junto al guitarrista, de “Save Me” (los dos, clásicos de Queen); Sheehan como irrefutable prueba de vida alienígena y, Sherinian, aprovechando el cien por ciento de sus bancos de sonidos para servir de preludio al que sería el momento más elevado de la velada, el del segundo cover: “Lines in the Sand”, – también de la ex banda de los fundadores -, con mención especial para el inquieto Bumblefoot que, en las botas del gran John Petrucci, supo poner la piel de gallina a toda la concurrencia con su fenomenal interpretación del conmovedor solo.
Pero todo tiene un final. El gran cierre llegaría a dos horas del inicio, después de un brevísimo descanso: primero sonaría “And The Craddle Will Rock” (cover de Van Halen) y, ahora sí, definitivamente, la que estaba faltando del nuevo disco: “Coming Home”. Y, mientras los músicos, saludando atónitos ante la respuesta del público se preparaban para dejar el escenario, la ovación no encontraba punto final.
Aristeo, Orfeo, Troilo, Eleuter, Coribantes, Asclepsio, Mileto, Anfiso son, según la mitología grecorromana, algunos de los hijos que Apolo, patrono de las bellas artes y la música, entre otras cosas, dejó en esta tierra. Mike, Derek, Billy, Ron y Jeff no aparecen en ninguna lista oficial. Aun así, permitámonos creer que solo se trata de un error: estos cinco tienen que ser hijos de Apolo. Si no, no se explica.
Fotos: Víctor Spinelli