Después de celebrar sus primeros 5 años de recorrido musical y autogestión, Sobreviento se encuentra finalizando la grabación de su nuevo disco. Su gestación y producción tuvieron el apoyo de la Beca a la Creación del Fondo Nacional de las Artes (FNA) y el subsidio a la producción del Instituto Nacional de la Música (INAMU).
Las nuevas composiciones buscan la expresividad de la canción, sin dejar de lado el afán por las formas novedosas en el sonido y la interpretación. La producción artística se encuentra a cargo de Juan Saraco (Duratierra). El proyecto musical actualmente lo conforman Flor Wosh en voz; Sebastián Verdún en bajo; Pablo Boyé en guitarra y Agustín Piva en batería; poniendo énfasis tanto en la canción, como en la búsqueda constante de nuevos sonidos y nuevas texturas.
¿En qué momento, a nivel banda y personal, se encuentra Sobreviento?
Estamos en un momento que es muchos momentos a la vez. Se trata de una etapa de consolidar un poco lo que venimos trabajando hasta hoy. La propuesta estética de la banda, nuestro sonido en vivo, la organización que nos venimos dando y también de consolidación como grupo.
A su vez, es un momento de transición hacia lo nuevo donde nos encontramos con una identidad que está mutando. Las nuevas canciones se diferencian muy marcadamente de nuestro primer disco y es un desafío porque hay que hacerse cargo.
Lo que somos se transforma constantemente porque nosotros mismos cambiamos. Aprendemos cosas nuevas, conocemos gente nueva y los contextos cambian.
El momento actual es de mucha incertidumbre y preocupación. Estamos viviendo una coyuntura bastante oscura y un panorama que se avizora aún peor. Ante eso tenemos que ser creativos, mantenernos activos, organizados y seguir apostando a generar cosas nuevas desde lo colectivo.
¿Qué representa este último material que están preparando?
Representa un quiebre, sin dudas. El proceso de este disco que estamos terminando de grabar, y que verá la luz el año que viene, tiene cerca de un año y medio de trabajo. Implicó repensar de raíz cómo laburar las composiciones, cómo entendernos en relación con las canciones y con lo que buscamos transmitir.
Un punto clave es pensar la canción desde su lugar emotivo. También asumir que el momento que estamos viviendo precisa de mayor claridad. Se dio una búsqueda muy precisa respecto de cómo encarar las letras que implicó un trabajo poético, narrativo y de ir al hueso.
Interpelar, esa es otra palabra clave. Entender que hay un vínculo inescindible entre la música y el cuerpo. Y todo este laburo desde el momento cero lo llevamos adelante con Juan Saraco, que es también el productor artístico del disco.
¿Cómo se dio el apoyo de la Beca a la Creación del FNA y el subsidio a la producción del INAMU?
Simplemente presentamos los proyectos en los organismos y en ambos casos fueron aprobados. Resultó importantísimo para nosotros porque producir un disco implica muchísimo trabajo, tiempo y dinero. Entonces, contar con un apoyo económico siempre es un factor positivo.
Además, nos parece fundamental destacar la importancia de que existan instituciones como estas. El acceso a la cultura y a la producción cultural es un derecho que el Estado debe garantizar. Sobre todo en aquellos rubros o espacios a los que el mercado ni siquiera mira de reojo. Sino sólo aquellos que tienen las condiciones materiales salen adelante.
También es importante hacer hincapié en la defensa de esos espacios ante las políticas económicas regresivas como las que nos toca vivir hace tres años.
¿Cómo planean desarrollar la fecha en El Emergente?
Queremos que sea una celebración. Fue y es un año muy intenso y duro en muchos niveles. Claramente no sólo para nosotros. Así y todo, creemos que sobran los motivos para seguir encontrándonos y celebrando con alegría. En nuestro caso, la mejor forma de hacerlo es compartiendo música, y sobre todo, la que estamos trabajando en este último tiempo.
Desde ya que adelantaremos varias de las canciones nuevas y habrá músicos amigos invitados a compartir escenario.
La idea es que sea un show cargado de mucha energía e intensidad. Siempre que cerramos el año en El Emergente apostamos a una propuesta fuerte. No sólo desde el sonido, sino también desde lo visual. Y cada año sumamos algún condimento nuevo. Queremos que sea un espectáculo, en el sentido grande de la palabra.
¿Cómo describirían la propuesta en vivo?
En los últimos años logramos consolidar una propuesta sólida y contundente, donde fluyen diferentes emociones. Se trata siempre de un show cargado de intensidad. Aspiramos a un vivo que interpele al oyente y, a partir de ahí, generar un diálogo.
¿Qué los diferencia o destaca de otras?
Más que en diferenciarnos, en realidad siempre tratamos de usar como referencia inspiradora aquellas movidas que logran dejar algo más que canciones. Tratar de reconocer un estilo propio y explotarlo artísticamente a favor de las emociones que queremos transmitir.
Con más o menos recursos, siempre el norte es tratar de que las canciones estén acompañadas de un clima sonoro y visual que las haga crecer.
Pondremos todos los recursos que tenemos a nuestro alcance para hacer de la fecha del 30 de noviembre una nueva propuesta de encarar las canciones.
¿Cuáles son los pro y contras al momento de llevar adelante un material y organizarse con las giras desde la autogestión?
La autogestión es la forma que encontramos, al mismo tiempo que es la forma que nos encontró a nosotros. Es decir, hoy en día es más una necesidad que una decisión. Se vuelve una decisión cuando se le da un contenido diferente que se aleja de las lógicas del mercado y de las antiguas nociones de “exitismo”. Que aspira a mayores niveles de horizontalidad y de solidaridad. Que genera lazos genuinos y duraderos, tanto entre músicos como con los públicos y gestores.
Desde ya que las decisiones, en términos artísticos, son de mayor autonomía. Pero también es importante no confundir autogestión con precarización porque es en esos márgenes más amplios de libertad que te volvés gestor de tus propios proyectos. Y no sólo trabajar lo artístico, sino también lo logístico, lo comunicacional, la prensa y la producción.
Hay un punto en el que, además, recae sobre el músico una multiplicidad de tareas que en realidad deberían ocupar otras personas.
¿Cómo seguirá la grilla de fechas para los próximos meses?
La fecha del 30 de noviembre en El Emergente será la última del año y no tocaremos más hasta la presentación del disco en 2019.