El músico español, radicado hace quince años en Buenos Aires, presenta su nuevo tema “Sencillo”, al que define como “un himno pop a la inmadurez”.
“Es un tema muy simple y despojado de arreglos. Es fresco, tiene un estribillo pop y cantable. Me pareció que funcionaba bien acompañado del videoclip. Hasta se llama ‘Sencillo’. Pedía salir solo”, cuenta Julen Giménez Sarasqueta acerca de por qué eligió lanzar esta nueva canción como simple y no dentro de un álbum.
¿Qué buscaste mostrar en este nuevo single?
Yo digo que es un himno pop a la inmadurez después de los 40. Llamalo inmadurez, espíritu lúdico. Apareció después de verme en un espejo y no terminar de reconocerme. Me metí al pequeño estudio que tengo en casa, como para sacarme el mal rollo del cuerpo y en un par de horas tenía el demo listo. Cuando se lo mostré a varios amigos todos coincidían en algo. “Este tema habla de mí”, me decían. Se me ocurrió convocar a varios amigos alrededor del mundo para que se filmaran en acciones medio ridículas, pero siempre con un toque de ternura. Me pareció que pintaba un retrato de individuo colectivo. Si tienes 41, aquí en Barcelona o en México, tienes 14.
Llevás 15 años viviendo en Buenos Aires, ¿el desarraigo forma parte de tus canciones al sentarte a componer?
No de una manera consciente, al menos. Pero, ahora que lo dices, sí que hay algo de nostalgia que se cuela por ahí. Mi primer EP cierra con un tema llamado “Blanes 1996”. Habla de un verano que pasé con mi mejor amigo Juantxo Agudo en la Costa Brava catalana. Y mi LP “Otra vuelta en la Montaña Suiza” hace referencia al juego principal del parque de atracciones de Igueldo, en San Sebastián, mi ciudad natal. En “Salsón of a bitch” arranco diciendo: “Yo que soy un poco aventurero, y un poco cagón. Yo que soy un poco vacilón, tampoco tan. Yo que no sé ni de dónde vengo, me estoy perdiendo en la confusión”.
Previo a vivir en Buenos Aires, ¿qué cosas te unían musicalmente con Argentina?
Mi papá y un amigo suyo escuchaban una y otra vez un disco de Les Luthiers que tenía el tema “Samba de garrafa”, en el que parodian a Vinicius de Moraes y Toquinho y hablan de esas tardes en Bahía, Bahía Blanca. Y ahí siempre reían a carcajadas en esa parte. En Barcelona coincidí en la banda The Tea Servants con el baterista argentino Carlos Falanga. Con él escuché por primera vez a Sumo, Charly y Spinetta que, en ese momento, inexplicablemente, igual que Soda Stereo, no se conocían en España. Fueron bandas que me encantaron. Particularmente, Spinetta me voló la cabeza desde el primer momento. De hecho, lo primero que hice al instalarme en Buenos Aires fue buscar un show suyo y vi una maravillosa presentación de “Pan” en La Trasienda.
¿Estás preparando un nuevo disco?
Estoy terminando de grabar los demos de lo que será mi próximo disco. Ya tengo alrededor de 13 canciones bastante variadas, pero con un hilo conductor entre ellas. Siento que aún van a llegar un par más y ahí haré una selección para entrar a grabar en estudio. Es un disco que tira más por bases electrónicas, sintes, cajas de ritmo. Pero con un par de canciones muy simples y “maderosas”, con piano y contrabajo, escondidas entre tanto cable y circuito. Calculo que saldrá en algún momento durante 2022, pero no tengo ninguna prisa. La prisa es mala compañera, te despista de lo más importante, que es disfrutar el proceso.