El cantante dice que, en varios casos, los artistas reconocidos son los primeros en chantajear a los demás. Además, cuenta sobre el proceso de grabación de “El karma universal” y su agradable vínculo con Stuka.
“Así como hay muchos productores que lucran con los grupos under haciéndoles pagar para tocar, y vendiéndoles que gracias a eso van a tener más llegada, también hay una gran responsabilidad en las bandas cómplices de este sistema corrupto”, dice Rancio, cantante y guitarrista de Old Skulls.
Al igual que las letras de su grupo -que acaba de editar “El karma universal” (2018)-, el vocalista no tiene pelos en la lengua a la hora de contar la realidad de la música en el país.
“Muchos buscan el lado fácil, el ‘le pago a tal y listo, me viene a ver la gente’, pero la única forma de difundir tu mensaje es moviéndote, laburándolo, estando en el ambiente y apoyando a los colegas. No hay que esperar que llegue todo de arriba -agrega-. Hay muchas bandas consagradas que te pregonan el anti-capitalismo y demás, y son los primeros en decir ‘¿Querés tocar conmigo? Vendeme tantas entradas por show’. ¡Esa gente mata al rock!”.
Uno de los logros de la carrera de Old Skulls fue haber sido la backing band de Stuka, de Los Violadores; además de haber grabado junto a Chino Biscotti, baterista de Cadena Perpetua. Pero para llegar hasta ese punto, tuvieron que pasar quince años de idas y vueltas.
“Solíamos frecuentar mucho la movida punk y hardcore de la zona noroeste. En uno de esos lugares nos conocimos con Emi (bajo) y con Mati (guitarra). Por otro lado, Koko (batería) y yo fuimos a la misma escuela -añade Rancio-. Éramos los más antisociales del curso: él tenía una mochila de Nirvana, y entre charla y charla me enteré de que tocaba la batería. Así terminamos haciendo proyectos juntos todos estos años. Con Emi compartíamos otro grupo, del cual nos desligamos y formamos Old Skulls. Esta banda engloba nuestros ideales y sentimientos”.
-Cuando arrancaron tenían un sonido más alternativo. ¿Qué los llevó a decantarse por el punk?
Rancio: Empezamos a componer los temas del primer disco con apenas meses de formación, y por más que nos hayamos conocido desde hacía quince años, cuando vas a la sala y empezás a armar cosas en conjunto, es una historia nueva y totalmente distinta. El paso del tiempo nos hizo y nos hace madurar en lo musical y en lo ideológico, si se quiere. No éramos la misma banda antes y después de ese primer disco, ni antes ni después de que fuimos de gira al norte del país, por ejemplo.
-En esa gira la policía los bajó del escenario, más precisamente en Salta. ¿Qué pasó, y qué les dijeron?
R: Nosotros tenemos un mensaje muy fuerte en contra de las autoridades, sin metáforas ni nada por el estilo, todo directo y al frente. Durante la noche la policía nos vigilaba todo el tiempo, y nos seguía para todos lados. Así que dijimos: “Bueno, dejemos tal y tal tema para el final, así se las mandamos a guardar” (risas). Tocamos “Autoridad?”, “Kaos y desastre” y “Clamando por libertad” con una dedicatoria para ellos, y apenas hicimos el último acorde, teníamos a tres uniformados bajándonos del escenario. ¡A la salida había un montón de muñecos con escudos y palos! Después de esa gira hicimos una re-versión de un tema de Cock Sparrer y lo llamamos “Mulo del estado”, dedicado a aquella secuencia.
-Por más que haya canciones contra la autoridad, en “El karma universal” se nota una intención de dejar el pasado atrás. Un buen ejemplo son “Alas quebradas” y “Los del ayer”. ¿Mirar al futuro es algo consciente, o se dio la casualidad de que las letras coincidieran?
R: Todo tiene un por qué, así como cada elemento en la tapa. Quizás algunas no son historias verídicas en la vida personal del que lo compuso, pero sí les pasaron a allegados. El pasado no se puede cambiar ni borrar, pero tiene que servir de aprendizaje para no caer en lo mismo… o para saber cómo caer.
-Dijeron que una vez que trabajaron con el Chino Biscotti, entraron siendo una banda y salieron siendo otra. ¿Qué aprendizajes tuvieron, y en qué los modificó?
R: No sólo eso, sino que Koko es completamente otro batero. El Chino nos cambió la forma de ver cada canción por sí misma, y la importancia de cada una sea concisa y tenga lo justo y necesario. Quizás en el pasado nos excedíamos más de la cuenta, metiendo arreglos o adornando demasiado todo. Al final, sólo las cargábamos más. Por suerte mucha gente se sintió y se siente identificada con nuestras canciones, ya sea con las que poseen un mensaje combativo como las de tinte más “personal”, y eso también te motiva a seguir metiéndole.
-¿Cómo se dio el contacto con Stuka, de Los Violadores?
R: Fue todo muy espontáneo. Él tenía ganas de venir a tocar a San Miguel y estaban buscando una banda local que le abriera el show. Le nombraron a los Old Skulls, les gustamos y nos dijeron que quería que nos juntáramos en una sala de ensayo. Nosotros no entendíamos nada, y hasta el momento en el que llegó el tipo estábamos los cuatro re cagados (risas). La verdad es que estar ahí con Stuka fue generar una anécdota nueva cada diez minutos. Cuando arrancamos el primer ensayo, Mati estaba de espectador porque no tenía sentido que el proyecto tuviera tres guitarras, y Stuka lo vio sentado y le dijo “¿Vos no tocás la viola también? ¿Qué haces ahí sentado? ¡Agarrá la mía!”, y cambió el set que teníamos para que todos pudiéramos tocar en cada show y que nadie se quedara afuera. Un gesto único.
Con respecto al futuro de Old Skulls, Rancio es optimista: tienen por delante un show José C. Paz (Zum, el 10 de agosto), otro en Capital (Melonio, 15 de septiembre) y una gira por Mendoza y San Juan en octubre. “Tratamos de que la lista sea espontánea cada noche. Minutos antes de subir, la armamos según lo que sentimos en el momento. Pero seguro que en esos recitales no van a faltar ‘Autoridad?’, ‘Alas quebradas’ y ‘Clamando por libertad’”.
En noviembre, además, el grupo va a tocar en Santiago de Chile. “Estamos contentos porque va a ser la primera vez que llevemos nuestro material fuera del país -dice-. Desde hace tiempo que nos llegan mensajes a las redes para que vayamos, y por fin se pudo dar. Tenemos ganas de hacer un segundo video para ‘El karma…’, y si todo sale bien, a fin de año vamos a empezar a preproducir nuestro tercer material”. Agárrense fuerte: Old Skulls no para, ni está en sus planes hacerlo.