La clave es improvisar, fluir y a cobrar. De esa tierra libertaria proviene Morbo y Mambo, Mar del Plata es sólo un dato de procedencia por que la patria chica de este sexteto es una sala de ensayo y unos cuantos discos imprescindibles como viajes de ida: desde Miles Davis abrazando de coté el rock hasta la marca afro beat del gran Fela Kuti forman el arco protector de una idea que no repro duce géneros, filtra datos y explota en vivo como auténticos reyes del com pás oscuro. El debut de MYM explora el dub (“Solo TV”) y pega giros en la pista funk (“Gorila”). Hay temas que funcionan como perfectas cortinas para programas nocturnos de radio (“Fung Wah”) y otros como soundtracks para viejas series de acción (Candomb”). La rica llanura instrumental se rompe sobre el final, cuando aparece la voz embrujada de Carla Flores en un furibundo after punk (“Das papier”), que abre otro plano cercano a las posibilidades de una banda con swing de sobra y ausencia de canciones.