Este sábado se presenta en No Avestruz el pop de cámara de Hamacas al Río. En este reportaje la cantante Laura Ciuffo nos revela parte del proceso de creación del grupo.
Otoño. Durante el momento del año en el que se exhibe la belleza de la decadencia biológica las bajas temperaturas nos obligan a magnetizarnos con el fuego y empezamos a notar que el calor es un bien preciado. Vuelven la miel, las infusiones humeantes y los cítricos. Y como una molesta consecuencia del avance del efecto invernadero, todavía no se van los mosquitos. En ésta época se van las ganas de tomar cerveza en la calle, andar en cueros por la playa es una locura y se evaporan las sensaciones que facilitan la escucha de música cadenciosa con aromas jamaiquinos o latinos. Nada mejor para disfrutar en plenitud de la suavidad de Hamacas al Río.
Por estos días el prolijo conjunto está generando una actividad bastante fuerte: tocaron el sábado pasado y repiten el próximo en una de las salas más delicadas de Buenos Aires (No Avestruz). Además el viernes 18 harán lo propio en Rosario. En medio de los preparativos la cantante, guitarrista y compositora Laura Ciuffo nos comenta vía mail algunos detalles sobre la actualidad de Hamacas.
Cuando los rayos del sol se vuelven más tiernos brota un encanto especial de la luminosa música del sexteto porteño de pop de cámara. Es que estas melodías parecen diseñadas para ser oídas durante un paseo sobre el crujir hiriente de hojas desconsoladas. En su última producción, “Mitad de Junio” (06), podemos palpar una tensión abrumada, de intensidad dolida, rara, como huidiza. Se puede percibir que la placa está inspirado en el alejamiento y reencuentro sentimental. El disco tiene muchas letras que le hablan a una segunda persona sobre cuestiones fuertes, dolorosas. Y esa tensión se combina con la suavidad de los instrumentos, dándole forma al sonido genético de Hamacas. Así se genera una sensación de calma espiritual que Ciuffo no sabe de donde sale. “No puedo explicarte de donde sale eso… es como pedirme que se entiendan cada uno de mis sentimientos. Así es mi música”.
Periodísticamente es un lugar común categorizar a la música del conjunto como algo otoñal, pero la cantante se desentiende de poder dar cualquier explicación al respecto. Igualmente reconoce que sus estaciones del año preferidas son “las intermedias: el otoño y la primavera son las que más disfrutan. Creo que hace la temperatura justa para sentirse cómodo y a gusto”.
Uno de los aspectos que marcan a fuego la identidad del grupo es la intensa manera de cantar de Ciuffo. De esa garganta de cristal fluyen agudos mensajes en formato de melodías puras. Y un cimiento importante parecerían ser los estudios de música clásica que formaron el talento de la cantante. Según Ciuffo, “la técnica lírica es una de las tantas que uno puede elegir a la hora de estudiar canto. En la composición no se si me potencia, sí me da más recursos a la hora de cantar popular… o pop. Pero con ella se entrena el registro vocal completo”. El colchón sobre el cuál se despliega la música de Hamacas incluye unos teclados orquestales (tocados por el pianista Fernando Bellver) capaces de crear una atmósfera onírica. Y ese sello provoca la aparición de un sonido de cuerdas con mucho aporte de carácter intimista.
Según nos cuenta, Ciuffo no suele componer “masivamente, todos los días, todo el tiempo”. La artista se toma su tiempo y cuando lo hace es para que florezcan nuevas canciones. Cuando ya las tiene en la mano pasa a mostrárselas al resto del grupo, algo que hace con todas sus creaciones. “Me pasa que siento que están terminadas sólo cuando las llevo a la sala y cada uno de los chicos pone lo suyo con su instrumento. En ese momento le dan color, le terminan de dar vida”.
Cuesta imaginarte pegando un grito y mandando todo al caralho… ¿Tuviste algún momento punk a lo largo de tu vida?
Ja! Sí supieras… tengo un carácter!
¿Cuándo sentís que la música hace trascender tu vida?
Cuando me conmueve y pienso… “Guau! que maravillosa canción!”.
Si tendrías que definir el concepto detrás de Hamacas al Río con tres palabras ¿cuáles serían esas palabras?
Tres palabras… “Un descanso reparador”.
Uno a veces piensa que hay música hecha para acompañarnos en distintos momentos del día o en determinadas situaciones… ¿Para qué está hecha la música de Hamacas al Río?
Para caminar… viajando.