Fabián Spampinato charló con Rock.com.ar sobre su presente musical y los proyectos que encara más allá de su rol como conductor en Rock & Pop MDP.
¿Cómo nació Magnolia?
La banda nació de una mentira, porque yo abandoné la música por la radio. Fundé mi propio espacio y estuve casi quince años sin tocar. Vendí todo en su momento y empecé a hacer algo de música en casa. Resultó que, charlando con una chica con la que salía sobre la película “Magnolia”, la consiguió y me la regaló. La vimos y renació la admiración por ese film tan artístico con un nombre sumamente extraño.
Un par de días después me llamó Osvaldo Vocero, que es un militante groso de causas sociales en Mar del Plata y lidera un movimiento llamado Colectivo por la No Violencia. Estaba haciendo un festival por la Semana de la No Violencia y me dijo que necesitaba que le diera manija con la radio. En ese momento era FM d-Rock y nos juntamos en Dickens, un bar emblemático de Jazz, para charlar un rato. Me subí al auto y puse un CD de David Sylvian, cuyo primer tema se llama “Scent of Magnolia” y me quedé pensando en lo lindo del nombre.
¿En qué momento pasó todo eso?
La reunión se dio en agosto/septiembre de 2012 y me contó que una de las fechas contemplaba un show en octubre en el Teatro Colón con bandas. Entonces le pregunté si había lugar para una más y me respondió, sorprendido: “¿vos tenés una?”. Le dije: “Claro! Se llama Magnolia”. Osvaldo quedó encantado con el nombre y me anotó.
Como la formación no existía, llamé a un montón de músicos amigos y armamos un seleccionado con Ale, un violero de la puta madre; Leo, un cantante increíble; Javi, un batero que había conocido hacía poco; Oscar en el saxo y un percusionista.
La cuestión fue que tocamos por única vez y la gente quedó alucinada. Desde ese momento hasta acá hicimos más de 150 shows, con otra formación por supuesto.
El año pasado vinimos a tocar a Buenos Aires y le pedí a un periodista amigo que escribiera una pequeñísima cosa en referencia a Magnolia. Lo siguiente fue algo que, humildemente, me enorgulleció porque contó que la Magnolia nació antes que las abejas. Por consiguiente, no tuvo quien la polinice y lo empezaron a hacer los escarabajos; que les destrozaron las hojas, pero las volvieron más fuertes.
Mi analogía es que Magnolia es una flor que nace antes que el lugar esté apropiado para ella y se tiene que hacer fuerte para sobrevivir… eso mi banda.
¿Qué vino después?
La banda se volcó al jazz y la percusión, entre otros estilos. A su vez, un amigo me sugirió que hiciera temas de Frank Zappa y, a pesar de que lo escuché desde los catorce años, nunca se me ocurrió. Entonces hicimos el tema “Sofá” y lo volcamos también a muchas gráficas.
A partir de ahí empezamos a hacer música variada, de artistas que me gustan y otros que conocí después. Los shows siempre fueron muy divertidos; por momentos muy rockeros y, por otros, muy jazzeros.
Me gusta tocar en tiempos irregulares y hacer mis temas también. A veces somos catorce o quince arriba del escenario y de golpe hacemos un Little Magnolia, para tocar en bares chicos.
O sea que ningún show fue igual.
Jamás. Hicimos cuatro “Mardel Zappa” porque justo nos formamos a fines de 2012 y la carrera empezó a principios del año siguiente. En diciembre de 2013 se cumplieron 20 años de la muerte de Zappa, así que hicimos un homenaje en el Teatro Colón y tocamos con la banda municipal que tenía una orquesta. Estuvo buenísimo y gustó. Por ende, lo volvimos a repetir en tres oportunidades más. Además, hicimos dos en Colegiales y Monte Grande con músicos marplatenses y de Buenos Aires. Llevamos con orgullo ese desafío, pero no es una banda tributo al artista, sino más bien un homenaje.
Mi proyecto es hacer a fin de año un Spinetta sinfónico y tocar música del Flaco con una orquesta.
¿Cómo ves la movida independiente en Mar Del Plata?
Está lleno de bandas, pero falta público. También cerraron muchos bares de rock, por diversos motivos, y la gente marplatense es muy particular. Yo tengo un concepto y, puedo tener razón o no, pero nadie me lo pudo rebatir hasta ahora. Mar Del Plata funciona como una ciudad turística y lo que viene de afuera tiene que ser agasajado. Por consiguiente, el marplatense no está tan bien ubicado. Lo mismo pasa con los medios, porque vas a pedir una nota y te dicen: “pero si vos tocaste hace dos meses”. En cambio, si viene una banda de afuera le hace 78 notas. Yo que estoy en medios, me he peleado con varios por ese motivo.
¿Quiénes te acompañan actualmente en el proyecto?
Martín Salto en voz; Judith y Erica Morales, junto a Tamara Prato, en voces, Lucas Padilla en los teclados, Álvaro Wlasic en guitarra; Daniel Izarriaga en batería; Sergio Mileo en percusión; José Marín en saxo; y Leandro Santiago en trompeta. Quien te habla, en bajo y composición.
¿Cuáles vendrían a ser los temas de tu autoría?
Uno se llama “La ceguera de alma dulce”; a otro le puse “La casa en la que todo se cae”, dedicado a mi hogar. Después está “Aire en la mañana”, que es medio funk; “Dando ese paso” y el quinto no lo recuerdo en este momento (risas).
Tengo temas compuestos que provienen de proyectos anteriores y fueron hechos para la formación amplia de Magnolia. Necesitan de un saxo, de una trompeta y un trombón. Entonces, cuando no están esos instrumentos quedan afuera.
Este año prometo hacer mi disco solista, que se va a llamar “Gracias por volar con nosotros”. Ya empecé a grabar algunas cosas y tengo varias ideas. Mientras tanto, seguimos incorporando material nuevo a Magnolia y mejorando nuestras composiciones. Tenemos tres vocalistas femeninas y uno masculino; e incorporamos a un trompetista nuevo. Así que queremos ampliar todo eso.