En el marco del Campus Rock con motivo de los 40 años de rock nacional, Ricardo Soulé repasó sus memorias con guitarra y violín.
Harley Davison y Ritman blues con armónica fueron los temas que abrieron la presentación del ex Vox Dei Ricardo Soulé. Intercalando acordes de guitarra y violín con algunos relatos de tiempos pasados, este músico histórico de nuestro rock aportó su visión sobre el ayer y el hoy del género. Esta vez, las preguntas las hizo la gente, y he aquí algunas de ellas.
Comenzó su exposición contextualizandosé a si mismo, y relató de esta forma su ingreso en el rock: “Yo vivía en Quilmes, tenía 16 o 17 años y comencé a darme cuenta de que había un movimiento de rock en Buenos Aires. Empecé a conocer grupos y nos dimos cuenta de que estaban todos en la misma conexión, en la misma onda en cuanto al proyecto musical. Lo mismo pasaba en otros sitios, nos dimos cuenta que en otros lugares de la Argentina había gente que coincidía con el pensamiento de lucha por el bien, de lucha por la mejora y el bienestar general, por una idea general y no individualista de la sociedad. Esa es una de las cosas que más encuentro de diferencia en el rock actual con respecto al rock de la primera época: una idea más global, pensado desde la sociedad y algo que la beneficie globalmente y no individualmente. BA – Rock fue el primer gran recital que se armó a través de la revista Pelo y eso nos hizo ver las caras en vivo y directo, creo que fue la primera vez que se juntaron 5 mil personas para escuchar rock nacional. Eso era en la década del 70, era muchísima gente para el momento que se vivía. Yo estoy impresionado con la cantidad de gente que hay ahora en Córdoba, es impresionante como ha crecido el número en la ciudad. Así creció el publico, y esas cosas que suceden catastróficamente como lo de Cromagnon por ejemplo, pienso yo y tal vez me equivoque, tienen que ver con ese desorden que estamos viviendo en cuanto a los valores que se buscan.
-¿Que escuchaban? ¿Cómo tenían acceso a lo que escuchaban?
-Éramos la contrapartida de lo que es ahora. Ahora con el mp3 y la computadora uno puede tener tanta música que no entran los compactos en la casa y no tiene tiempo de escucharlo. Es tanta la oferta que hay de material que no nos permite disfrutar de eso. Nosotros cuando éramos chicos, 13 o 14 años, escuchábamos la radio AM con un parlantito chiquitito y teníamos un programa que duraba dos horas en la noche y pasaba 3 o 4 temas y esperábamos todo el día para que llegara ese momento, o sea que teníamos dos horas de recreo (risas). Y ahora es impresionante, te acribillan, es tanta la cantidad de material que no te da el cerebro para poder entender todo eso. Les inyecto este pensamiento: dicen que la definición de memoria ahora es la capacidad de olvidar.
Escuchábamos generalmente música inglesa porque era lo único que se escuchaba. Hasta que empezó a aparecer los Gatos, apareció La Balsa, la primera vez que la escuche en la radio me resultó bastante curiosa esa música. Y la empezamos a escuchar varias veces y por un contacto que teníamos conocimos a los Manal y ahí terminamos de enloquecer, porque no nos imaginábamos que se pudiera cantar blues así. Nosotros veníamos de escuchar a Palito Ortega y Leo Dan con todo lo que me gustaba, porque tengo que reconocer que disfrutaba con esos discos. Cuando empecé a escuchar música negra y blues me pegaba más o de otra manera. Y otra cosa que escuchábamos y revirtió nuestra forma de tocar eran los Creedence. Ellos nos significó mucho en el trabajo de tocar en los club ese tipo de música. Pero tengo que reconocer que para mi la música clásica siempre fue un estandarte, un valuarte, porque fue lo primero que empecé a tocar. Escuchar mucho no escuchábamos porque no teníamos los medios para escuchar, el aparato, después apareció el winco, pero en una época casi no teníamos.
– Cuando grabaron del primer disco de Vox Dei. ¿Eran conscientes de lo que estaban haciendo?
-No teníamos conciencia para nada, era como ahora, un inconsciente total, la diferencia es que ahora se me nota. En ese momento no teníamos conciencia de lo que estamos haciendo pero si disfrutamos mucho de esa oportunidad que no se le daba a cualquiera. Ahora todo el mundo tiene acceso a eso, pero no sé hasta qué punto nos beneficia o nos perjudica.
Hasta donde tengo yo entendido, la Argentina fue el primer lugar donde hubo un movimiento sólido y una consistencia a través de los años y respuesta del público. En un ambiente muy hostil porque se desarrolló en plena época de los militares. Entonces eso fue tema de discusión y tema de estudio. Es tema de estudio el por qué, siendo tan evidente el grito de libertad del roquero de la década de los ’70s, en un medio tan hostil, cómo pudo sobrevivir si lo más lógico era que los pasaran por la máquina a todos. Y sin embargo no fue así, si inclusive hubo ciertos gestos de condescendencia entre una cosa y la otra. Venir a tocar a Córdoba La Biblia no era moco de pavo y sin embargo se nos dio. Con Nacho totalmente dado vuelta como una media, todos estábamos re locos, el momento que estábamos viviendo era un disparate.
-¿Cómo fue que Spinetta les dijo que cantaran en castellano y no en inglés?
-El tema era que nosotros tocábamos temas de otros músicos ingleses porque era la onda en ese momento. El tipo que cantaba en castellano era un grasa, cómo ibas a ser argentino, tenías que ser de mínima inglés. Nosotros tocábamos en inglés porque le rendíamos pleitesía a esa idiotez, hasta que empezamos a escuchar a otros tipos que pelaban una música hermosa, con un lenguaje que entendíamos perfectamente y además hablaba de nosotros mismos. Entonces dijimos “qué inglés ni qué inglés, cantemos en castellano”. En ese crack, en ese momento encontramos a Spinetta y vemos lo que estaba haciendo, y él se acerca a nosotros a decirnos lo que era evidente. Nos vimos en un recital muy pequeño, había 100 personas, para nosotros era Woodstock eso y tocaba Almendra, Manal y Vox Dei. Y nos dice “Loco es impresionante la bocina que tienen”, le llamaba mucho la atención como cantábamos porque el tiene la voz muy asopranada y nosotros somos barítonos y eso llama mucho la atención recíproca.
-¿El disco “Cuero Caliente”, son temas que quedaron en Mandioca y cuando se grabó fue para rescatar las canciones de “Caliente”?
-Cuando íbamos a largar La Biblia, Mandioca quiebra porque era lo lógico. Cómo una productora de rock argentino con todo industria argentina iba a triunfar, había que cortarle a la altura de la cintura las piernas. Y así fue. En ese momento cayó un embargo en Mandioca y cayó “Caliente” embargado, entonces la única forma era regrabar los temas, ponerle un nombre parecido, “Cuero Caliente” y editarlo igual, pero era la segunda versión de un disco que ya había sido grabado.
-Vos que fuiste parte de una generación que creía que podía cambiar el mundo con una canción, ¿cómo ves las bandas de la nueva generación que nada que ver?
-Yo sigo pensando que podemos cambiar el mundo con una canción. Es más que la generación, es todo el sistema el que esta puesto en el individualismo, es un mundo individualista y es una cagada que sea así. Lo bueno es cuando estamos unidos y tenemos pensamientos en común. No es una cosa que yo achaco a esta nueva generación porque es parte mía, mis hijos están ahí. Yo lo que veo es justamente ese punto, tratar de no tener una idea tan individualista de lo que es la lucha, la vida y el progreso.
-¿Cuáles son los temas que hiciste en Vox Dei en contra de la dictadura?
-Yo no hice nunca un tema contra la represión. Nunca tuve tendencia de crítica hacia la política desde la música, siempre mis críticas fueron como ciudadano; como autor siempre trate de ver de manera poética y con ciertas licencias lo que sucedía al alrededor.
La charla con la gente se extendió durante casi dos horas. El final fue con “Presente”, ese clásico que para los más jovencitos está sacado de un film nacional pero que se remonta a los años dorados de nuestra música. Para cerrar, Soulé dejó una frase: “El rock pasó a ser un producto más del mercado como lo fue cualquiera de las cosas que nacieron puras. Entonces el rock se ofrece en cualquier batea de supermercado y nos hacen dar cuenta de que hemos sido metidos en la maquina de picar carne. Aún así entendemos que hay en todo eso un trasfondo que merece ser revalorizado y es perdurable a través del tiempo y que es la búsqueda de la libertar. Eso es lo más importante, y no creer que esa libertad nos la da el consumismo, el gastar. No vamos a ser más libres por gastar o consumir, la libertad está adentro nuestro, en cuanto a lo que hacemos como individuos”.