El conjunto chaqueño que fusiona pop, rock, folklore, ritmos latinos y electrónica presenta su tercer disco, “Febrero”.
“Es un álbum introspectivo. Quisimos mostrar lo que fue, es y sigue siendo nuestra vida en el Chaco, donde se mezclan ritmos, colores y sonidos con el calor y la abundante naturaleza virgen que nos rodea –describe Gerardo Rodríguez, bajista de Libélulas-. Este disco tiene muchos ritmos porque quisimos poner todo eso que para nosotros define nuestra infancia en nuestro barrio, el folklore que bailábamos de chicos, la cumbia siempre presente en las fiestas, el sonido del acordeón de un chamamé, la humedad. Todo eso es ‘Febrero’. Además, uno de los meses más calurosos por estas zonas”.
¿En qué se diferencia “Febrero” con los anteriores dos discos?
La diferencia principal es la forma de trabajarlo. Este disco es más orgánico, fue fluyendo mientras se componía y se grababa, casi en su totalidad en Chaco; además de tener la suerte de que muchos amigos músicos participaran y le aportaran un montón a cada canción. Nuestro disco anterior, “Hacer un fuego” (2018), se compuso y grabó prácticamente entero en Buenos Aires y se refleja en el sonido de la mayoría de sus canciones: sentimos que al final recién comienzan a emerger un poco los sonidos más autóctonos que dan el pie a este “Febrero”.
Un tercer disco puede significar la consolidación para una banda, ¿sienten que encontraron el sonido que los caracteriza?
La verdad es que estamos muy contentos con el resultado sonoro de este álbum; y sí, podríamos decir que es lo que nos representa en este momento. Pero, por otra parte, lo que nos caracteriza es que somos muy camaleónicos, todo el tiempo estamos en la búsqueda y la experimentación, así que no sé qué nos deparará el futuro y los próximos discos. Lo que sí pensamos que perdurará va a ser el equipo de trabajo que formamos para este disco, con el que nos sentimos muy cómodos y nos dio buenos resultados dentro del cual podemos mencionar a Javier Medialdea, Fernando Vega, Nico Saavedra, Lorena Uria, por mencionar a algunos de ellos.
¿Cómo ven la movida musical en Chaco?
Chaco siempre fue difícil para el arte, en todos los planos. Los artistas tienden a emigrar. Nos incluimos dentro de ese grupo, ya que estuvimos un tiempo en Capital Federal, pero como banda creemos mucho en el potencial de esta provincia. Hay muchísimos proyectos muy buenos y cada vez aparecen nuevos que nos sorprenden. Chaco es un volcán a punto de estallar. Tenemos la suerte de poder formar parte de esta movida y también creemos que es necesaria incentivarla, cosa que venimos haciendo hace mucho tiempo.
Con internet como fuerte herramienta de alcance hoy en día, ¿sienten que sigue siendo complicado poder llegar a todo el país y que pasar por Buenos Aires es la manera de lograrlo o ya no es tan así?
Como te decía, nosotros fuimos a Buenos Aires. Como experiencia estuvo buenísima. Tocamos en muchos lugares que nunca hubiéramos pensado como Niceto, La Tangente, Konex, por nombrar algunos. Compartimos con nuestros ídolos de toda la vida, cosas que acá en Chaco no pasan. Pero también sabíamos que no podíamos dejar que la movida en nuestra provincia se apague. Hoy, un poco más lejos de todas esas vivencias y de nuevo en Chaco, entendemos que lo principal para que la movida de un lugar funcione es el acompañamiento y el apoyo entre las bandas de esa zona, como pasa en Mendoza, Córdoba, ciudades que cambiaron las reglas de la industria musical independiente, y que se pusieron en el mapa gracias a la gran cantidad de proyectos buenísimos y del laburo en conjunto de todos. Hoy en día apuntamos a eso acá en Chaco, y esperemos seguir en los escenarios cuando suceda.