SEGBA no es rock, son tres que hacen canciones desde 2001, al menos así se definen en dos de sus perfiles virtuales. Juan Pablo Furneri en batería, Damián Colmegna en bajo y Leonardo en guitarra, voz, programaciones, teclados y armónica, conforman el tridente musical de esta banda que encontró en el under del sur bonaerense su lugar en el mundo. En 2019 hicieron de todo, desde reversionar a Vox Dei hasta grabar un disco con canciones clásicas de nuestro folklore.
Pero siempre se consideraron una banda que no tocaba o hacía “rock”…
En realidad la idea de decir que SEGBA (foto: Nazarena Talice) no es rock surgió como reacción a la postura de algunas personas que ven al rock como algo rígido y poco dispuesto al cambio. Siempre vimos al rock como una expresión de libertad, de apertura y evolución permanente, y el hecho de que haya gente que dictamine que tal o cual artista es o no rock, nos parecía, y nos sigue pareciendo, una locura. Es decir, si eso es rock, preferimos quedarnos afuera.
¿A eso lo terminaron de demostrar con el EP “Raíz”?
La decisión de grabar un disco de versiones de folklore surgió un poco a último momento, dos semanas antes de grabar. En un principio estábamos preparando un EP que reuniera algunas de las versiones del rock argentino que a veces incluimos en nuestros recitales. En medio de los ensayos, nuestro baterista Juan Pablo Furneri comentó que no le parecía que fuera un desafío interesante, que era algo que no nos sumaría. En esos días yo había hecho algunas grabaciones caseras de versiones de temas folklóricos con una guitarra criolla que me prestó mi primo. A Juan le pareció mucho más interesante volver buscar por ese lado y dimos el volantazo. Ya habíamos grabado “La vidala del monte”, un anónimo del norte argentino, en plan blusero, y el año anterior habíamos probado en los ensayos una versión de la “Tonada del viejo amor” de Falú y Dávalos, pero nunca la tocamos en vivo, así que volvimos a probar por ese lado. De todas maneras, me parece que “Raíz” es un disco de rock, más allá de que sea un disco de versiones del cancionero folklórico. Aunque ya lo presentamos en una peña en Villa de las Rosas, Córdoba, durante el verano y en la Metapeña de Camilo Carabajal en Maschwitz y fue muy bien recibido, así que, por lo visto, es también un disco de folkore.
¿Qué los motivó a publicar tanto material en el primer trimestre de este año?
A fines del año pasado aprovechamos unos días que teníamos libres y grabamos, en las mismas sesiones, los temas de “Raíz”, la versión del “Génesis”, el único sobreviviente del proyecto de grabar un EP de versiones del rock argentino, y la versión de “Happy” de Pharrell Williams que publicó la gente de FAN, el programa de radio del amigo Hernán Panessi. Pero no hubo una motivación en particular. Al no tener contrato ni compromiso con nadie, no nos detenemos a pensar si es el momento de sacar algo o no. Lo grabamos, lo sacamos y listo. A principios del año habíamos publicado “Esperando el sol”, un EP con cuatro temas nuevos porque teníamos esos temas, nos gustaron y los queríamos mostrar.
¿Cómo le sienta la actualidad voraz y fugaz de los servicios de streaming, teniendo en cuenta que patean el under hace casi dos décadas?
¡Dos décadas! Es verdad, tocamos desde 2001, ya pasó mucho tiempo. La verdad que, cuando te metés en las estadísticas de Spotify, está bueno ver que gente de España, Francia, Alemania, Colombia o Ecuador escucha tu música. Eso sin las plataformas digitales sería imposible. Obviamente nuestro volumen de escuchas no hace que eso se traduzca en grandes sumas de dinero pero a esta altura ni nos preocupa. Es muy loco que hace apenas diez años la posta era estar en MySpace. Después todos nos pasamos a Bandcamp. Hoy, si no estás en Spotify, medio que no existís. Es un poco cansador estar siempre a las corridas detrás de la nueva plataforma para no quedarse afuera.
Muchos colegas dicen que sos el mejor reversionador que existe ¿Te gusta ese mote o te incomoda?
Me parece que exageran un poco. De todas maneras, creo que entiendo a qué se refieren y tiene que ver con que cada vez que encaramos una canción ajena lo hacemos como si fuera nuestra. Casi nunca tomamos como referencia a la versión original. Siempre trato de respetar la melodía de la parte cantada y los acordes pero haciendo arreglos que sean nuestros, que suenen a nosotros mismos. Es decir, no son covers sino versiones, relecturas. De alguna manera uno quiere poner algo de su faceta como compositor, aun tratándose de temas ajenos. Eso tiene un riesgo pero, por lo visto, nos viene saliendo bien.
En las redes estás muy activo con cuestiones políticas…
Bueno eso se da sólo en mis cuentas personales. Muy difícilmente exprese alguna postura política desde las cuentas de SEGBA. Un poco porque en nuestras canciones no hay mensaje político, al menos no de manera directa. Quizás la canción que más presenta la posibilidad de una lectura política sea “Esperando el sol” pero no somos la típica banda con mensaje político. Todos los que me conocen saben que soy peronista pero no me parecería justo decir que SEGBA es una banda peronista.
¿Pensás que el contexto motiva aún más para salir a tocar y generar espacios culturales?
Debo decir que son cada más menos. Hace mucho que no tocamos en CABA y en la zona sur está cada vez más complicado. Un poco el motivo de haber publicado tanto material en los últimos dos años (tres EPs y tres simples) tiene que ver con lo difícil que es salir a tocar, al menos para una banda con una convocatoria chica como la nuestra. Preferimos poner toda esa energía en grabar nuevas canciones pero con la esperanza de que en algún momento la cosa cambie para mejor.
¿Qué se viene para SEGBA en lo que queda de 2019?
Esperamos sacar un disco con material propio antes de fin de año y poder tocar cada vez más seguido en la zona sur, nuestro lugar en el mundo. También nos gustaría volver a salir de gira como hicimos en el verano, que tocamos cuatro días seguidos en varios lugares de Traslasierra (Córdoba), pero la próxima vez vamos a ver de dejar un par de días de descanso entre una fecha y otra.