La decisión de disolver la Máquina de Hacer Pájaros sorprendió a todos, porque García no es un músico muy cambiante, de esos que tienen un grupo por año. Todo su trabajo de siete años se canalizó a través de dos grupos: Sui Generis y La Máquina.
Pocos días antes de la disolución, el guitarrista Gustavo Bazterrica había sido invitado a dejar la Máquina por “incomunicación con el resto de los integrantes” y había entrado como suplente un miembro del coro de Bubú: Alejandro “Golo” Cavoti. El nuevo guitarrista tocó en un par de shows y apenas estaba empezando a conocer los temas cuando Charlie hizo el anuncio de que se retiraba, dejándoles la libertad de seguir y usar el nombre. El primer y único ensayo del grupo, ahora reducido a cuarteto, sirvió para comprobar que no había nada que hacer. La Máquina había dejado de hacer pájaros para siempre. Ahora los músicos intentan canalizar la energía que les generó el trabajo en: conjunto. Charly prepara una gigantesca reunión en Luna Park llamada, por ahora, el “Festival del Amor”. Bazterrica ensaya con Rinaldo Rafanelli para un recital acompañados por Moro, quien, a su vez, planea grabar un disco con José Luis (que está ensayando con Charly y David Lebon para el Festival). Cutaia, finalmente, sigue su tranquila vida de estudio. Las consecuencias de toda esta mezcla son todavía imprevisibles.
García
Los pichones de la Máquina de Hacer Pájaros estaban empezando a volar cuando saltó el mecanismo. El segundo LP trepó hasta los primeros puestos del ránking de ventas y se estaba montando el andamiaje para el lanzamiento internacional del grupo.
Una música densa, compacta, bien tocada; letras con sentido y humor; una imagen entre inconformista y jet set autóctono. La máquina de Hacer Pájaros era la gallina de los huevos de oro, además de ser una interesante propuesta musical. Pero Charly García sabe que no es lo mismo la cara que la careta. No es lo mismo la foto brillante que la rutina y los manejes del negocio: “Sé que nunca seré un buen payaso | Sé que mi figura es triste y que miro con dolor [ Sé que a veces ni siquiera soy yo… / Los carteles luminosos brillan | .. .Bienvenidos a la Ruta Perdedora”.
Al principio uno puede burlarse del estrellato y sentirse como pez en el agua con las imágenes del triunfo.
“Madres, hijas y hermanas van a escuchar / el llanto del Adiós Sui Generis [| Pronto en esta ciudad me van a nombrar | Ciudadano Legal [ Soy el hijo de todas y amante también”. Pero los artistas tienen ese motor que los tiene siempre en movimiento y no les ‘ permite estancarse en la comodidad de un futuro calculado seguro: “Estás harto de estar en tu lugar | Ya no escuchas el canto de los mares | Ya no sueñas con ver lindos lugares | para descansar una eternidad”.
Llegó un punto en que la presión se hizo insostenible. A fines de septiembre Charly García anunció que dejaba el grupo apenas un par de semanas después de que Gustavo Bazterrica fuera declarado cesante como guitarrista.
Charly describe así el proceso de su abandono de la Máquina:
Mi cabeza ya estaba. fundida de ser Charly García, de tener que pensar en el grupo, los reportajes, la imagen, el estilo musical, etc. Llegó un punto en que todo eso no me dio más satisfacciones. Estaba siendo devorado por la idea que me había formado de mí mismo. Y de pronto me empecé a dar cuenta. Me compré el pianito y empecé a tocar por el puro placer de tocar, solo, en casa.
De las trescientas mil veces que tocamos con la Máquina, gocé una o dos. Estaba haciendo un esfuerzo terrible para no ser yo. Y lo mejor que tengo yo es yo. Porque no soy un Pianista, ni un sintetizadorista, ni un cantante. Soy un compositor y lo mejor que me puede pasar es poder manifestar lo que realmente soy. Ahora quiero empezar de nuevo a hacer las cosas de a poquito sin tener que pensar para quién las hago, sin tener que reprimirme: para ayudar a mis compañeros de grupo. Un día, en un show, nos pusimos a zapar, cosa que la Máquina nunca: hacía porque tocábamos un tema detrás de otro. Después del show-le dije á los chicos que yo había cambiado, que me’iba, que estaba cansado. Y lo entendieron bien. Al rato tocamos en otro lugar y dimos vuelta las columnas hacia el escenario y tocamos libremente durante dos horas. Salió una música increíble. Por primera vez la Máquina sonó. Por primera vez no fue solo una sucesión de temas con letras. bonitas y arreglos cuidadosos. Ahí nos dimos cuenta de lo que podemos hacer como músicos. Uno es más que un nombre y unas ideas.
Hay gente que me odia y es porque conmigo pasa algo. Ahora no me preocupo más por lo que dirá la gente ni por mi “carrera” como músico.
Voy a hacer este Festival en el Luna tocando lo que más me gusta con mis amigos y tratando de e todos la pasemos bien, y después probablemente me vaya un tiempo a Brasil, con Gonzalo, José Luis y David, a tocar sin compromisos. Quiero hacer música con tipos como Milton Nascimiento, que tiene un mundo sonoro más libre. Y sueño con poder, algún día, ser el fecladista de Joni Mitchell… Acompañarla ‘ a ella sería mejor que ser un superstar argentino.
Bazterrica
Bazterrica vivió su paso por la Máquina como una verdadera vorágine que lo arrastró de ser un virtuoso guitarrista desconocido a enfrentar a públicos masivos sin darle tiempo a pensarlo mucho. Porque desde el comienzo Gustavo aclaró que él no compartía totalmente la personalidad musical del grupo. Ahora, que la experiencia- terminó, “El Vasco” reconoce que a pesar de los malos momentos, aprendió mucho. -Los críticos opinan que hubiera sido casi imposible encontrar un instrumentista de su nivel para completar el grupo.
Fue un proceso caótico. La formación del grupo fue lenta, pensada, armada cuidadosamente. Y de alli fue derecho al caos. Por lo menos así lo viví yo. El que dijera que fue por un cagmbio musical, una búsqueda ñueva, todo el verso que se usa siempre, mentiría. Yo, humanamente no tenía nada que ver con el grupo. Me sentía muy bien tocando con ellos. Pero me repodrí de la palabra imagen, del trabajo por ganar el público, etc. Para mí fue una etapa de música pop.
Cuando entré a la Máquina lo hice en términos de profesional, porque yo tenía otro grupo con el que pensaba seguir. En un principio teníamos diferencias musicales, pero poco a poco me fui copando con el mundo que rodeaba a la Máquina. El contacto masivo con la gente era algo que yo nunca había sentido y me atrapó.
Después de los primeros dos meses en la Bola Loca nos fuimos de gira y yo me copé mucho tocando con ellos. Volvimos y empezamos a grabar el primer Long play y entró Cutaia. Verdaderamente parecía que iba a pasar algo muy grande con el grupo. Pero después empezó a haber concesiones y a cobrar importancia la lucha por la imagen, dentro y fuera del quinteto, y yo me abrí. .Entonces me acusaron de no querer al grupo, de no estar dedicado de lleno, y finalmente la situación tuvo que quedar clara.
Pocos días después de decirme a mf que no iba más, Charly disolvió el grupo.
Ahora yo tengo más clara la música que siempre estuvo en mi cabeza y pienso hacerla. Rino me llamó para tocar en su recital y me gustó mucho su material. Polifemo fue un momento de fiaca para Rinaldo, pero sus cosas nuevas son extraordinarias. Moro va a tocar con nosotros y Charly entrará en algunos temas. Además voy a participar en un recital de Alejandro Lerner que tiene una onda muy interesante, un estilo humorístico que nadie hizo todavía. Por lo demás pienso seguir estudiando y componiendo. Durante la Máquina dejé de estudiar, pero las horas del escenario que gané y tocaimcon esos excelentes músicos fue una experiencia muy importante.
Fernández Moro
Oscar Moro y José Luis Fernández eran el motor de la Máquina. Su base compacta y ágil daba una perfecta plataforma de lanzamiento para los teclados y la guitarra. Moro tiene muchos años de escenario y muchos albumes bados desde que empezó con os Gatos hace más de doce años. José Luis, un desconocido hasta su entrada en La Máquina, sorprendió a todos por su polenta insólita, por su imaginación para las marcaciones. Los dos están ahora en una especie de tierra de nadie musical. Pasaron por el Mordisco de vuelta de una recorrida por las grabadoras porque piensan. grabar un disco con músicos amigos.
José Luis: Lo de Gustavo influyó en el clima general del grupo. Cuando se va un integrante se rompe el encanto que une al grupo. Aparentemente, Charly ya tenía un proceso de cansancio y estaba madurando la posibilidad de irse. Nosotros nos enteramos de golpe. Un día nos dijo: “Muchachos, me voy”. Yo me quería morir.
Moro: Yo lo veía venir. A veces mostraba la intención de parar el grupo. Charly era el líder de la Máquina, eso yo lo asumo, y a veces manejaba bien «las cosas y otras veces no. Yo no’ tenía problema de que Charly fuera el capo, porque lo que yo quería era un grupo unido. Y a la Máquina la sentía como un verdadero grupo. “Películas”, era el comienzo de algo muy armado, hecho entre todos. Pe: ro…
José Luis: Con Gustavo no nos entendíamos, Por eso me pareció bien cuando el flaco le dijo que no iba más. Porque era un paso para el entendimiento total en el grupo. Pero después parece que nadie se entendía a sí mismo. O alguien no se entendió a sí mismo.
Moro: Todo venía tan bien… Trabajamos mucho y el grupo tuvo una linda vida. Charly quería parar un poco. Hace años que está en esto, Fue una decisión sana.
José Luis: Ahora no sé lo que vamos a hacer. Si se va a formar un grupo o no. Yo tengo mucha música que quiero trabajar aquí.
Moro: Está visto ‘gue no se pueden hacer planes. Teníamos proyectado un long play hace mucho y ahora es el momento de hacerlo. Estamos viendo grabadoras y usaremos la que nos dé mejores condiciones:
O ya estoy ensayando con Rinaldo y Gustavo para un recital con cosas de Rino,
José Luis: Lo bueno de grabar un LP así es que te da la libertad de no tener que tocarlo en vivo. Podemos grabar lo que querramos con quien se nos dé la gana.
Cutaia
Cuando fui a ver a Cutaia lo encontré sentado en su pianito vertical, tocando Bela Bartok. Se le notaba concentrado, quietamente feliz. La columna vertebral de la carrera de “El Conde” como músico fue siempre el estudio. Sus intervenciones en Pescado Rabioso y la Máquina, así como sus grupos proyectados con Miguel Abuelo (El Huevo) y Spinetta, Molinari y Moro (Torax) lo mostraron como el . tecladista con más recursos del rock nacional. Pero también fueron experiencias truncas que nunca le dieron tiempo para mostrar todas sus facetas musicales, Es uno de los muchos músicos desaprovechados que tenemos, Cutaia nos historió la disolución de la Máquina de Hacer Pájaros.
El primero en salir fue Bazterrica, que había ido separándose del espíritu del grupo en los últimos tiempos, y la idea fue entonces armar un grupo de teclados, bajo y batería. Trabajar todo un material nuevo. Para tocar los temas pondríamos un guitarrista de relleno.
Pero ya varias veces Charly había dicho que estaba fatigado después de siete años de hacer shows y tocar como una máuina. Un día, al terminar un show en el que tocamos como nunca, Charly anunció que no podía más y se iba, y nos dijo que siguiéramos con el grupo sin él. Yo no podía imaginarme la Máquina sin Charly. Nos reunimos un día para ensayar pero a mí me agarró la duda. “No tiene sentido que esté en el grupo a medias”, pensé. Y quedó claro que la Cosa no podía seguir.
Ahora me siento muy bien. Volví a mi vieja pasión de componer solo, Un grupo es algo que te exige mucho y ahora tengo de nuevo tiempo para mí, “Tuve una gran fantasía con la Máquina, como todos. Recién estábamos empezando a crecer. Habíamos recorrido sólo el veinticinco por ciento del camino. Y si un grupo no tiene permanencia no puede desarroliarse. Yo creo que en todos los grupos hay una etapa de crisis, de cansancio, que si la superás ya nadie te para. Es el esfuerzo del despegue. Es como una pareja que tiene que aprender a convivir y bancarse.
Ahora para mí empieza una nueva: etapa. Voy a tomar distancia, trabajar profesionalmente para vivir y dedicarme a estudiar y componer. Y, sin apuro, armar un concierto con cosas mías acompañado con músicos amigos. Estoy entusiasmado con lo que siempre fue lo mío: el piano y yo, solos.