Parece como si nunca se hubieran ido. Como si hubieran estado siempre allí, en el sótano del bar Imaginario Cultural, emanando melodías sombrías y lamentos de ocasión. Pero La Doblada interrumpió su periplo a comienzos del nuevo milenio, poco antes de que Skay Beilinson convocara al tecladista y cantante Javier Lecumberry para integrarse a su banda solista. Y en este apropiado regreso, vuelven a transitar el mismo camino oscuro, sobre todo en los primeros cuatro temas de “Souvenir” (o la cara A, si habláramos de un LP): en ese tramo, los teclados de Lecu adquieren el papel principal, mientras que en la segunda cara, las guitarras de Oscar Reyna y la trompeta de Ricky Lestanguet le dan un poco de luminosidad a la propuesta. Pero La Doblada abreva siempre en las mismas fuentes: una cruza de rock & pop, con elementos del dark y del post punk. A veces con corte marcial, otras con aires de cabaret alemán, y casi siempre logrando un clima opresivo. De la descripción escueta de personajes misteriosos (“Leslie”, “George”) a los dilemas introspectivos (“Una sombra”), el clima es siempre el mismo. Triste y solitario. Pero por lo visto, el final todavía espera detrás de un túnel misterioso. Y nadie mejor que ellos para edificar la banda sonora de esa circunstancia.