El músico santafesino de pop rock edita su tercer disco, “Decilo”, que cuenta con la participación de Gonzalo Aloras en todas sus canciones.
“‘Decilo’ nace con la necesidad de decir las cosas que pensás, tratar de contagiar al que tenés al lado y que también se saque esa necesidad de adentro –afirma Gustavo De Marco-. La sinceridad está sobrevalorada. Hay personas que cuando dicen las cosas, lo justifican con que son sinceros. Al final, el objetivo de ser sincero y decir las cosas es poder transmitir a otras personas un punto de vista y lograr que se den cuenta de una verdad o recapaciten y replanteen un pensamiento. ‘Decilo’ va por ese camino de buscar una forma de expresar un pensamiento siendo asertivo y empático”.
En las siete canciones que conforman el nuevo material, Gustavo describe personas, lugares, situaciones, amores, desamores, encuentros y desencuentros, y revela que se pueden encontrar variadas emociones escondidas entre las letras y que su idea es que el oyente pueda captarlas. Además, agrega que busca que el disco “funcione como un acto de destape que los sorprenda y los haga reflexionar”.
¿En qué se diferencia este álbum con los dos anteriores?
Soy un tipo que hace canciones, así que lo que van a encontrar siempre en mis discos son canciones con formato canción propiamente dicha: intro–verso-puente-estribillo–cierre. Aquí, a lo que sí me animé fue a trabajar la percusión con una de las cajas de ritmos más icónicas de la década del 80 como lo es la Roland TR–808; y la verdad, en el momento que compuse los discos anteriores, nunca se me hubiese pasado por la cabeza incluir este tipo de maquinitas. Con mi productor Lorenzo Leto sentimos que era lo que le iba a dar el estilo y brillo a cada canción, siento que está logrado.
¿Lo sentís como tu disco más maduro?
El disco se fue madurando y mutando solo. Todo comenzó en el verano de 2019 con una guitarra criolla toda desmantelada y un teclado de juguete en Capilla del Monte, Córdoba, a unos pocos metros del Cerro Uritorco. Luego pasó por Santa Fe Capital, después siguió en Rosario y terminó finalmente en Buenos Aires. Si “viajando se fortalece el corazón”, como dice Nebbia, imagínate lo que sucede con los discos.
¿Qué le aportó a tu música la participación de Gonzalo Aloras?
Gonzalo es uno de los herederos de nuestro rock, tiene un largo y nutrido recorrido en la música y tuve el honor de que grabara en la totalidad de las canciones las guitarras y los bajos. Fue una sesión muy larga de muchísimas horas continuas, en el estudio Audio Buró de Dani Pérez (Sucesores de la bestia) en la ciudad de Rosario. Es como una juguetería ese lugar, allí Gonzalo se tomaba su tiempo para pensar con qué instrumento grabar cada canción. Aprendí muchísimo, y fue una experiencia inolvidable que sin ninguna duda marcará un antes y un después en mi carrera musical.
En paralelo formas parte de una banda punk rock con largo recorrido (Censorshit), ¿qué te lleva a encarar un proyecto sonoro totalmente diferente?
Con Censorshit estamos por cumplir quince años, teniendo en cuenta que quince años de punk rock son iguales a treinta años para cualquier otro estilo musical. Nos seguimos manteniendo en la escena justamente por todo ese trayecto recorrido. Cuando comencé como solista en 2012 quería mostrar mi lado más versátil, enfrentarme a otros desafíos. Siempre fui una persona muy cambiante y musicalmente abierta. Me gusta transformar las cosas todo el tiempo, y eso en una banda a veces no es algo con lo que todos estén de acuerdo.
¿Qué planes próximos hay en tu agenda musical?
Por lo pronto armar la banda para salir a tocar y presentar “Decilo”. No será difícil porque es un formato adaptable a pocos músicos en escena, partiendo conmigo en voz y teclados, sumarle una batería electrónica, bajo y guitarra. Así que será cuestión de ponerse a ensayar las siete canciones del álbum, sumarle algunas más de los discos anteriores, preparar un buen repertorio, y esperar la posibilidad de poder tocar en vivo.