En pleno confinamiento por el Covid-19, Guillermo Beresñak presentó su nuevo álbum “A la sombra del árbol azul”, un disco compuesto por ocho canciones de tono folclórico, donde el artista explora la raíz cultural de nuestra tierra. Cada canción recorre los paisajes musicales del país.
¿Por qué elegiste ese nombre para tu álbum?
El nombre surge porque tengo un cuadro en mi casa de Jorgela Argarañas: es un árbol azul con un bosque onírico de alguna manera, de ensueño. Al lado de ese cuadro tengo una silla en donde muchas veces me pongo a cantar, y como este disco es bastante folclórico, me generaba esa sensación de sentarme debajo de un árbol a cantar. Es un disco que me transmite calma. Cuando vi una foto que me había sacado mi compañera, Vivi, al lado del cuadro dije: “estoy sentado al lado de un árbol imaginario”, lo que me pareció que era una manera que el arte nos invite a un mundo imaginario, que justamente en estos tiempos de cuarentena era como un lugar a donde escapar. Como meterse dentro del cuadro y cantar debajo de un árbol cuando no se puede salir a la calle.
¿Terminaste el disco en tiempos de cuarentena?
Sí, lo empecé en enero a grabar. Por suerte, grabé casi todos los instrumentos de mis colegas, el bandoneón, contrabajo, guitarra, y me quedó solo para hacer algunos pianos, algunas voces. Pero ya estando en cuarentena surgieron dos canciones. Una que se llama “Aviones de cartón”, para la cual invité a Tomás Ferrero (cantante de Rayos Láser). La verdad es que lo embelleció muchísimo. Surgió dentro de la emotividad de la cuarentena, porque a los dos meses de estar sin ver a nadie, me afectó mucho. Fue como una desesperación. Al mismo tiempo, trate de ir para adelante y afirmar el camino de uno. Hubo un viaje interior muy fuerte. Esa canción la hice toda de golpe. Me grabó Vivi sin que yo me de cuenta, mientras estaba cantando en mi casa. La otra que salió en esa etapa es “Que lindo vientito”, con un amigo que se llama Gabriel Santamaria, y lo invitamos a Lalo Mir para que haga un recitado. Él se sumó también ya estando en cuarentena.
¿Por qué elegiste a este género musical para tu nuevo disco?
A lo largo de mi vida fui haciendo cosas folclóricas. Hace 19 años que vengo cantando o produciendo música de otros artistas, en varios puntos de mi vida pasé por momentos folclóricos, aunque lo que yo entregaba dentro de mi música general era más rockero o popero. Hace unos años tuve una banda que se llamaba Antu e hicimos algunas canciones con aire de samba y carnavalito. Pero en este disco, particularmente, yo quería aprender el folclore, una música que ya escucho desde chico y que escucho ahora de grande también y casi todos los días en vinilo que heredé de mi abuelo. Esa música que a mí me calma todas las noches sentía que ya estaba vinculándome a mí, como que ya era parte de mí. Al mismo tiempo, no la sabía tocar muy bien, así que decidí juntarme con colegas que ya conocían más el estilo y como es común en la tradición folclórica, que se enseña de generación en generación o entre amigos ,se va pasando la información. Me junté con colegas, algunas veces de manera virtual, para que me ayuden a grabar las cosas, los ritmos y las formas. Mientras tanto, yo también iba investigando por mi cuenta. Pero fue un aprendizaje, aprender cómo era y, al mismo tiempo, hacerlo de una manera práctica que era haciendo un disco para mí.
¿Fue un desafío?
Totalmente, fue un re desafío para mí. Pero siento que estuvo bueno, ponerme en un lugar que no era el de siempre, para ver qué me sale. Para no repetir y también por el mensaje que quería dar en las letras, que era de alguna manera buscando la trascendencia, como el miedo de la fragilidad de la vida, de algunos problemas de salud, subrayados con la pandemia. Me pregunté: ¿qué es lo que quiero decirle a la gente si algún día no estamos más acá? Podemos transformarnos en brisa, viento, transformarnos en el color del cielo, transformarnos en algo que nos puedan encontrar. Poéticamente trataba de convertirme en eso, de acompañar, en la ausencia a la gente que amo. Me parecía que el timbre del folclore, que es la raíz de nuestra tierra, es de dónde venimos y también está unido a la idea de la familia, sentía que empatizaba bien la música con el mensaje que quería dar.
¿”Antes de que duermas” está grabado en cuarentena?
Sí, lo grabamos a principios de agosto. Fueron varios días de estar trabajando junto a Viviana, mi esposa. Ella se compró una cámara porque hace tiempo tenía ganas de hacer cosas con la fotografía y con videos, así que se animó y lo pudimos grabar.
¿Cómo fue el proceso?
Lo hicimos a media cuadra de casa. Arrancamos con el auto y ella dijo “es acá” a media cuadra encontró la locación y nos pusimos a hacer varias tomas. Lo grabamos nosotros, con la ayuda de Bata y Agustine, que son dos amigues que estaban justo esos días parando en nuestra casa. Bata iba manejando la camioneta, Vivi iba en el baúl filmándome ,mientras yo andaba en bici. Se le cerraba el baúl, era toda una cosa acrobática y aventurera. Fue algo divertido y familiar, estuvo muy lindo.
¿Creés que te sirvió esta cuarentena para ser más creativo?
Viéndole el lado positivo, en lo personal siento que pude aprovechar este tiempo para estar acá, para terminar esas canciones, para poder mezclar todo el disco tranquilo y poder dedicarle bien el tiempo a cada etapa. En cuanto terminé el disco, ya me puse a hacer canciones nuevas. Esta nueva manera de quedarme en casa todo el tiempo me ha dado otros espacios de manera de encarar la vida ineludiblemente. Estoy encarándolo con optimismo, encontrarle la vuelta para que sea lo más creativo y productivo posible.
¿Qué significa para vos este disco?
Es un disco muy importante en mi vida, siento que es un antes y un después con los discos anteriores que hice. Hago por primera vez un disco que es claramente conceptual, de un género especifico dentro de lo que es el folclore, que, si bien tiene sus diferentes ramas, este álbum tiene un mismo color tanto musical como estético. Para mí ha sido un desafío y me siento orgulloso también de haber podido componer con otras personas, porque muchas veces componía casi siempre solo. En este disco hice al revés: la mayoría de los temas lo compuse en conjunto con otros músicos y siento que eso aportó un montón. Esa apertura mía de cabeza le aportó música y arte al disco, también.
¿Tenes pensado presentarlo vía streaming?
Todavía no tengo algo concreto porque hace poco me abrí a la posibilidad de hacer un show en vivo por streaming yendo a nuestro estudio de grabación. Empecé a ver que, siguiendo algunos protocolos, se pueden tocar entre varios músicos. Yo lo que no quería hacer era tocar yo solo en mi pieza después de haber hecho tanto trabajo y arreglos para las canciones. No quería presentar en vivo una versión así. Yo me metí a hacer este disco para aprender a hacerlo, pero también nutriéndome de la compañía de músicos más experimentada en el género que me libera a mí el poder de cantar más tranquilo. Necesitaba poder contar con la presencia de mis colegas y estar seguro de que no iba a estar cortándose, porque al principio veía varios streamings que a mi me dejaban bastante manija porque sentía que no terminaba de flashear con eso.
¿Extrañas los shows en un escenario con tu público?
Obviamente. Extraño muchísimo los shows en vivo y con el público presente. No quiero permitirme pensar que es lo último que va a volver, porque me parece que también hace a la salud de la sociedad, psíquica y emocional, la música que cura el alma. Tengo fe que quizás en el verano, siguiendo algunos protocolos y algunas modalidades cuando haga calor, se va a poder tocar de alguna manera. Dentro de poco voy a juntarme a ensayar, tengo suerte de que la casa es grande y podemos ponernos con distancia que nos permita tomar alguna prevención y ya empezar a ensayar las canciones.