Seis años lleva este proyecto auténtico oriundo de Córdoba que cuenta, además, con presentaciones en diferentes provincias del país. Su particular forma de composición logra cautivar al público y generar empatía. Próximos a presentarse en Buenos Aires ya se encuentran preparados para conquistar el epicentro porteño.
Si bien cuentan con unos cuantos años de pisar escenarios de todo tipo, ustedes iniciaron su relación con la música en un conservatorio. ¿Cómo fue acomodar todas las ideas y el aprendizaje adquirido para hoy ser Fly Fly Caroline? ¿Tenían distintas visiones respecto de la música que querían hacer?
Carol: En realidad, nosotros comenzamos nuestra relación con la música mucho antes. Mi hermano Gabi, que toca la bateria, y yo somos hijos de madre y padre músicos, ambos cantantes de ópera, así que puede decirse que literalmente toda la vida escuchamos música y supimos que era un trabajo. Manolo toca la guitarra desde los 10 años, Nico el bajo desde los 9 y Fer, el percusionista, desde los 13. Sí coincidimos en que todos terminamos en la misma escuela de música, La Colmena, que vino a ser la salvación para quienes queríamos estudiar de una manera más experimental y menos ortodoxa. Nosotros nunca planeamos qué música queríamos hacer. Se dió todo de una forma extraña y natural, encontrándonos como amigues primero, guitarreando y descubriendo que había muchas canciones que podían darle forma a un proyecto, y lo hicieron. Comenzamos improvisando sobre las composiciones, cada uno aportando sus arreglos e influencias, desde New Metal a Folklore.
Una vez en la cancha, ¿creyeron que el camino iba a ser difícil? ¿Cómo imaginaban la recepción del público?
Carol: La verdad es que al principio no nos imaginábamos nada, tan sólo nos mandamos a tocar, y de a poco empezamos a tener objetivos como banda, a profesionalizar el proyecto y allí recién nos dimos cuenta de que no era fácil. Una vez más, no pensamos en qué podría pensar el público de nuestra música y tuvimos siempre sorpresas muy hermosas en cuanto al ida y vuelta con la gente.
Como perteneciente al under del interior del país, ¿cómo ven la escena, en las provincias y especialmente en Córdoba, a comparación de Capital Federal? ¿Es CABA realmente un escenario “aterrador”?
Carol: Bueno, se puede decir que la escena en el interior ha crecido bastante estos años. Pasar de la nada a por lo menos tener una escena indie pop en ascenso es algo bueno. Para nosotros es difícil, porque seguimos siendo una banda muy divergente y no hacemos pop, quizás sonamos demasiado alternativos por lo cual siempre CABA nos ha recibido muy bien. Eso nos gusta, no es aterrador. Es interesante, diferente. Aprendemos mucho cada vez que salimos de viaje. En Buenos Aires conviven muchas propuestas bien diferentes y hay público para todes.
Luego de un gran año para la banda, sumado a la despedida de su álbum debut, ¿cómo se asemeja el 2019 para Fly Fly Caroline?
Carol: Creemos que el 2019 será un año de muchísimos cambios y crucial para el proyecto. Comenzaremos con una gira en México durante el verano y con nuevo material para escuchar. Sin duda siempre atentos para seguir las señales que depare el camino y a seguir aprendiendo como humanos y músicos.