El músico oriundo de Bariloche debuta con “La piel de la mañana”, un álbum con canciones variadas que transitan caracteres musicales contrastantes.
“Trata principalmente de mis periplos personales en la vida y en la música, mi relación con el lugar y también con la guitarra –explica Fermín Raviolo acerca de su primer disco-. Son temas que toco hace varios años y quería grabarlos mejor, acompañado por buenos músicos y con un buen audio. Afortunadamente eso se pudo dar. También hay algo en relación a mis influencias musicales. Algunos me dijeron que aparecen aires de los Beatles, Spinetta y momentos ‘Craftys’ y eso puede ser porque escuché y toqué esa música”.
¿En qué momento te sentiste preparado para entrar a grabar este primer larga duración?
Me sentí preparado cuando tuve los temas listos. Con la letra, la forma y una parte de los arreglos definidos. A lo largo de la grabación igual agregué varias cosas muy importantes, como la batería, inicialmente iba a ser sólo guitarras, y cambié otras. Pero los temas estaban armados, desde hace un tiempo. Para eso me ayudó mucho el haber hecho unos talleres de canciones con Edgardo Cardozo, junto a otros músicos. Ese fue el momento de trabajar los temas, mostrar avances y definirlos poco a poco.
¿Qué cosas te inspiran al sentarte a componer?
Muchas veces la guitarra misma, donde voy probando armonías y melodías. Para las letras suele haber un impulso del sentimiento o una idea, o ambas mezcladas. Por ejemplo, en “El ave y el árbol”. En esa canción fue encontrarme solo, en el hermoso parque de Agronomía, con ganas de estar acompañado y por eso la canción dice “no soy parte del vago paisaje de alguien más, de toda la gente que pasa”. La naturaleza en general es un gran estímulo. El pasto, los árboles y los pájaros.
Te mudaste de Bariloche a Buenos Aires a tus 18 años, ¿el desarraigo forma parte de tus composiciones o no se siente tanto?
Forma gran parte. Por ejemplo, en el caso del tema “Casa” lo hace desde una actitud canchera, porque es un tema que compuse siendo un poco más que adolescente. En todas las canciones aparece esa cuestión. Si bien no lo pensé explícitamente así, es algo que se da naturalmente porque atraviesa mi vida. En “Vivir en la montaña”, que es un tema de amor, también hay alusión a esa idea de dejar todo para volver al bosque. La búsqueda de la identidad es parte del disco, esto incluye también la identidad sexual. En “Permanece en la ruta”, le cambié la segunda persona a masculino, y eso fue un paso en esa dirección.
¿Y qué cosas te motivan a llevar adelante una carrera en la música?
Me motiva el hecho de caminarlo con otras personas. Esos son los momentos que más disfruté. Por ejemplo, fechas en vivo de mis temas, acompañado. Quiero seguir trabajando la interpretación. Este disco fue romper el cascarón con mis canciones, un comienzo. También estoy muy entusiasmado con el Coghlan Quintet y lo que se viene con ellos. Tengo unas pocas canciones nuevas, pero todavía no pienso en volver a grabar. Falta bastante para eso. Ahora estoy buscando un lugar para hacer la presentación de este álbum, a la que estarán muy invitados.