El septeto bonaerense de rock alternativo lanzó de manera digital “Southern Lights”, una sesión en vivo, registrada también en video, que muestra parte del material que conforma su hasta ahora único EP.
“Nuestro EP salió varios meses antes de que pudiésemos tocarlo en vivo, así que durante 2017 y principios de 2018 nos dedicamos casi exclusivamente a perfeccionar un show –señala Skay Parnes, bajista, uno de los cantantes y productor del proyecto–. Parte de ese trabajo se encuentra registrado en la sesión donde se ve el proceso de la banda como ensamble musical”.
La historia de The Fear Of Being Offline comienza durante el verano de 2016 cuando una serie de encuentros llevó a Skay a conocer a Nacho Galván (guitarras) y encarar esta idea musical, en la que luego se sumó Michelle Harvey en voz.
“Por esos meses, leyendo blogs de psicología y sufriendo de irregularidades en el servicio de Internet por parte del proveedor local, el nombre de esta nueva patología generacional llegó como anillo al dedo para el proyecto, que se traduce como ‘El miedo a estar desconectado’”, aclara el bajista sobre el origen del nombre de la banda.
En el corto pero interesante repertorio del conjunto oriundo de Ingeniero Maschwitz existe un abanico de estilos que transitan por el rock progresivo, jazz, chill out, hip hop y mucha experimentación.
Skay remarca: “Al momento de comenzar a componer teníamos mucho interés en lograr un sonido al estilo de Bristol como Portishead o Massive Attack, aunque también estábamos usando muchas técnicas de producción propias del hip hop, como el método de sampleo de J Dilla, Nujabes o DJ Shadow. Cuando el proyecto se consolidó como banda en vivo, Seba (teclados), Elías (guitarra) y Caetano (batería) le dieron sus toques de jazz y rock progresivo y abrieron la paleta de colores con la que veníamos trabajando”.
Además de ser un estilo poco comercial para una banda argentina, también deciden encararlo cantando en inglés.
Sabemos que si bien son géneros alternativos al mercado musical local, pueden llegar a ser comercializables si se los explota adecuadamente. A la gente le gusta cuando una propuesta musical tiene una vuelta de tuerca y hay que hacer un esfuerzo por captar la idea en su totalidad. Utilizamos principalmente el idioma inglés porque nos parecía que funcionaba mejor fonéticamente en las canciones. Depende de qué suene mejor, en “Again” por ejemplo metimos una parte en español.
¿Por qué decidieron lanzar una sesión en vivo en lugar de trabajar en un disco de larga duración?
La realidad es que un disco de larga duración no es un formato que resulte eficiente, ya que la forma en la que la música llega al oyente es muy distinta a los tiempos de los Long Plays, aunque sacar material en ese formato es algo que nos gustaría mucho y tenemos pendiente para el futuro.
¿Están pensando en nuevo material?
Para los nuevos temas que estamos trabajando, el sonido se aleja de lo que veníamos haciendo. Esperamos llegar a fin de año con material suficiente para un nuevo EP que marque este nuevo rumbo de FOBO.
¿Con qué se encuentra la gente en un show de ustedes?
Los shows de FOBO son una experiencia super interesante, por lo menos desde el escenario. Es hermoso cuando la gente se compenetra en lo que está pasando. Muchas de las canciones dan una sensación de intimidad muy fuerte y requiere cierta atención e introspección para disfrutarlas, tanto para el público como para nosotros.
Foto: Martina Panetta