En éste EP, Los Álamos presentan seis covers con su espíritu retro psicodélico.
Codas espiraladas que fluctúan entre mesetas desoladas y atmósferas cálidas (pero de leña, nada de microondas). El neo folk psicodélico de Los Álamos está cargado de melodías que levantan muros de exaltación y canciones que no parecen tener una fórmula preestablecida, sino que más bien parecen encarnar pequeñas zapadas.
Este EP de covers arranca con “Metal detector”, toda una introducción al mundo folk: guitarras acústicas, entonación vocal vespertina, armónicas, mandolinas y guitarras nostálgicas con steel. El segundo track es un dulce instrumental titulado “La fin de léte” donde el protagonismo lo gana un acordeón. “Harvest moon” es un coutry rock firmado por Neil Young que incluye inspirados arreglos de mandolina. Sobre el final aparece una versión en vivo de “La casa de las dagas” que cuando pasa el clímax de la mitad del tema estalla en una descomunal catarata musical con tenaz solo de armónica. La última puntada es “Cola de cascabel”, canción cantada en español que parece compuesta sobre un caballo que galopa en una llanura desamparada.
Se trata de un disco que probablemente se perdería en una batea tradicional texana, pero en el contexto nacional suena como algo absolutamente renovador. Eso no quiere decir que los Álamos estén inventando algo inédito: esta media horita suave-poderosa, delicada-rústica y plena de buen gusto retrotrae el tiempo hacia el lejano Oeste y se hace fuerte en medio de un tiroteo entre vaqueros e indios. Y en la credibilidad lograda al momento de trasmitir la desolación del hombre de campo (norte)americano está el punto ganador del esfuerzo.