El ex Tan Biónica presentó su desafiante espectáculo en Rosario, a menos de 24 horas de haber pasado la prueba de fuego en el mítico Luna Park.
Chano arrasó con los pronósticos en el complejo salesiano porteño y tras ese show ambicioso y arrollador de jueves, al día siguiente (viernes 4/5) tuvo otra chance de aseverarlo en el histórico Teatro El Círculo rosarino, para así encaramarse definitivamente como un artista pop fundamental en la era del streaming.
“Renuncié a todo para ser el más grande de los solistas” había declarado el songwriter a principios de 2018 y con Martín Pomares, y esa flamante banda que se formó a su alrededor, no hay manera de refutarlo.
La escenografía minuciosa, la impactante pantalla horizontal con las visuales de Vrodas y los trajes rojos a lo “La Casa de Papel” de los músicos fueron la impronta de una noche muy rica de hits pop y canciones de millones de reproducciones en las apps de música.
“Hola mi vida” de Tan Biónica, uno de sus simples solistas (“Para vos”) y “Mis noches de enero” (también de los biónicos) fueron la primeras tres que sonaron en Rosario para darle paso a las bandejas de DJ JMP y a “Música”, como reconfigurando el sentido de la misma, en vivo y en directo. “Música… mientras caemos hay música, aunque ahí afuera esté todo mal” es una frase que suena como un antídoto. Tan simple, y con un Pomares detrás de todo lo que tiene que ver con dirigir una auténtica orquesta pop.
Entre robustos juegos de luces y varios cambios de vestuario Chano cantó “Un poco perdido”, aquel caprichoso hit radial que grabó nada menos que con Juanes en la época espléndida de los Tan Biónica. Top 3 en reproducciones en los servicios. Luego llegó la desgarradora “Loca” y un parate de unos minutos para reponerse todavía de la trajinada noche anterior del Luna.
Pero si algo faltaba fue ver a toda la banda vocalizando, bajo la atenta y seria observación artística de Pomares, un fragmento de “La bestia pop” de los Redonditos. Chano es simplemente eso: una gran bestia pop con un trémolo caracteristico.
Con traje rojo como los suyos, el carismático (ya no tan) pibe biónico se sentó en la punta de las tablas y llegaron las baladas goyenechescas, mientras Nano Campoliete y Pomares le daban curso de fogón a unas violas. “Las cosas que pasan”, “La manera que eligió para matarme” y casi entre la gente la icónica “Arruinarse”, una de las canciones que estalló hace un tiempo largo en una FM rosarina y le dio a Tan Biónica buena parte de su primeros pasos en el éxito.
“Claramente” y el anagrama “Amor y Roma” anticiparon lo que fue, valga la redundancia, un círculo -en el Círculo- de celulares entre tertulias para “Obsesionario en LA mayor” y un modesto solo de la banda. Loops muy “Sweet dreams” by Chano y a gastar las últimas energías en la disco con “Ciudad mágica”, “Ella”, “La noche” y “La melodía de Dios”. Una catarata enorme de hits.
Chano metió un show multitudinario en el Luna Park y en esta segunda función rosarina fue poseído por una gran bestia pop que no le permitió parar de moverse un segundo. Así llegó el poncho y el charango de Campoliete para “Carnavalintro”, canción que tiene 25 millones de reproducciones (el límite poblacional que estableció Shangai en 2017), y el final con “Naistumichui”.
“Yo no se bien a dónde pero me voy” dice esta fresca alunfardada de “Encantado de conocerte” y mientra las batería de Chano entraba en modo ahorro esta noche bis de presentación logró ratificar el gran momento de este artista ATP. Con “África” de Toto la banda saludó protocolar y prometió volver a Rosario, en agosto. Seguramente será un placer.