Ramiro Hernández es Barfeye y Barfeye es Rama. Tal vez sea uno de los artistas rosarinos más prolífico y versátil. Incómodo en los lugares comunes, es muy joven y suelta palabras en lenguaje inclusivo. Pertenece a una nueva generación de artistas vanguardistas que se cagan en la fama y lo único que les importa es mostrar lo que hacen, sin fronteras. Su nuevo disco “A greater light” ya puede escucharse en todas las plataformas virtuales y tiene además su edición en vinilo.
“The Compilation” salió a las 00 horas del 1º de enero ¿”A greater light” ostenta alguna fecha especial?
No, fue la fecha que elegimos con el sello. La compilación la saqué de la venta ya porque se venían tres o cuatro lanzamientos en muy poco tiempo y decidí poner todo el énfasis, tiempo y plata en las cosas más nuevas, siendo que tampoco es muy seductora una compilación de una banda con sólo dos discos hasta la fecha. Tal vez en algún momento la re-publique, pero mientras tanto, aquelles que quieran escuchar sólo los mejores temas van a tener que hacerse una playlist por ahora.
“A greater light”, algo así cómo “Una luz mayor”. Desde que arranca ya suena como una completamente nueva experiencia musical tuya ¿Puede ser?
Totalmente. Estoy haciendo dance-punk, que es un género que me encanta hace años y nunca había hecho. Hace poco compré mi primer Moog, que es un sintetizador con el que soñaba hacía años, sumado al equipamiento que venía teniendo, el disco fue un test para mí, una forma de ver qué tanto puedo robar (risas). De hecho, hay una curiosidad sobre el álbum y es que está hecho enteramente en un día.
Alumno Barfeye por favor explayesé…
Cuando volví de Buenos Aires, de comprar el sintetizador, escribí los seis temas al hilo. Y al otro día a las 7 de la mañana ya estaba grabando en mi casa los sequencers, sintes, guitarras y voces (no hay bajos, sino sintetizadores, aclara). Al mediodía ya estábamos terminando las baterías en la casa de Lautaro Ruggieri, quien hizo drum programming, mix y máster en los discos anteriormente publicados también, y a las 5 de la tarde ya estaba exactamente como está publicado. Tiene algunos samples de unas ranas en el campo, audios que grabé en un colectivo de Londres, una voz de un taxista árabe que iba hablando por teléfono en el viaje, pero nada muy trabajado. Los samples cumplen su función, la voz también, las guitarras y los sintes, y ya estaba hecho. Fue divertidísimo, y a ese ritmo me encanta trabajar, así que probablemente esté sacando más álbumes el año que viene, sin contar el disco que ya está casi terminado que vengo grabando hace un año en Madriguera Sur, con Diego Savioli.
La tapa la hizo alguien muy especial para vos, sin embargo su posteo en Facebook sobre el trabajo es súper profesional ¿Conoce a Rama pero también conoce a Barfeye?
Sí, por supuesto. La hizo Sofía Bertero, mi novia. Yo quería que ella lo haga, es artista plástica y soy muy fan de las cosas que hace, más allá de lo emocional. Fuimos a mi casa en el pueblo, llevamos todo y nos quedamos como cuatro días. La pintura iba avanzando, estaba casi terminada el primer día, pero la veíamos en distintas perspectivas, sumaba o sacaba cosas, qué sé yo, es un ritual muy lindo y ya se sabía que era para la tapa del disco, entonces le poníamos mucho énfasis y mucha música de fondo mientras ella pintaba. Lo que escribió al respecto a mí me encantó, y por más profesional que sea, todo lo que hacemos que involucre al otro es con mucho cariño y sanidad. Ella hizo también una pintura que está en la edición en CD de “Elisabeth’s fears”, en la bandeja del disco. Y me conoce a mí como a Barfeye, que yo creo que son lo mismo, como dos caras de la misma moneda. No creo ponerme en ningún personaje ni nada, sólo que trabajo de forma profesional, y cuando no estoy trabajando estoy siendo más gracioso u ocurrente, y hablo mucho, pero generalmente es eso; una cuestión laboral, lo que diferencia a Ramiro de Barfeye.
El video de “No rain no flowers” es muy personal y sos el protagonista indiscutido ¿Improvisaste o se guionó?
Bueno, en realidad es un cincuenta y un cincuenta. Está guionado, yo lo escribí y me encargué de proyectar en el resultado final lo que tenía en la cabeza, con el trabajo en equipo de gente hermosa como Federico Sproviero, Antonella Alou, mi papá, Jorge Hernandez, y Sofía -su novia-. Tuvieron que ir adaptándose a lo que yo iba proponiendo, especialmente en la parte en la que corro, no lo esperaban tan sacado pero salió excelente. Y la clave no estuvo en lo que yo armé o lo que propuse solamente sino en que todes hicieron un trabajo muy bueno, con mucho entendimiento y amor.
¿Por qué en cada disco de Barfeye el personaje muta? Los ojos blancos, el look Post Malone o Childish Gambino, de todas formas ya no hay manera de encasillarte o de encontrar qué te influenció en este trabajo…
La verdad es que no sabría decirte por qué. Sí sé y te aseguro que va a seguir mutando. Es una cuestión meramente estética. Me gusta lo de los ojos blancos, las trenzas, pero dentro de poco ese personaje va a caducar y ser reemplazado por otro, tratando de evitar spoilers te digo hasta ahí. Me influencia toda la gente que entiende que el arte es estética. Todo bien con los músicos que son sólo músicos, pero me da ganas de trabajar más duro la gente que propone algo desde la totalidad, como Louta, como Usted Señalemelo, como LCD Soundsystem o mucha gente más. Me fascina eso de que sin buscar te encontrás con muchas cosas distintas en un sólo artista. Creo que estamos en una época en la que podemos hacerlo y si no aprovechamos las posibilidades, perdemos tiempo.
¿Porqué hay dos canciones en castellano y encima son las que cierran en álbum?
Estaba leyendo a Borges en el momento en que grabé y esas dos canciones están levemente inspiradas en cuentos de él. “El calambre de yeso” es bastante crítica, tal vez muy abstracta pero con ”espero que mientan / después del abrigo” o con la mención constante a la etnia, estoy cantando una queja política. El verso que dice ”volátiles entran / en surcos los fríos / metales que cuentan / historias del Nilo” es una metáfora de un disco de vinilo. Tengo un boxset de vinilos de otros lugares del mundo y refiero a eso. Y “Redención” es un cierre muy nihilista, como un refuerzo del sinsentido que uno siente a veces. Pero no fue nada planeado. Quedaron para el final por una cuestión casual, y están en castellano porque así salieron. Yo no busco quedarme en ningún lugar, y eso se aplica a absolutamente todo. Capaz en algún momento hago un disco en francés, no tengo ni idea. Capaz que no hago nunca más ningún disco. Es menos probable, pero ¿quién sabe? Hago las cosas que me van surgiendo, y me siento cómodo de esa forma. Pero volviendo, están muy inspiradas en Jorge Luis y estoy muy ansioso de tocar “El calambre de yeso” en vivo. Esa canción tiene una influencia muy directa de Omar Rodríguez-López en su disco ”El bien y mal nos une”. Tengo muchas ganas de tocarla en vivo…
¿Y entonces dónde vas a presentar “A greater light”?
Hice un show pre-lanzamiento exclusivo en Buenos Aires en septiembre. Voy a estar en CABA el 27 de octubre, y para fin de año vamos a estar girando por todos lados (Rosario incluido) con la banda completa, para hacer, por fin, un show orgánico. Así que entre giras y estudio, ya estoy activando de nuevo para tocar y grabar todo lo posible.
Fotos: Guido Castellotti.