El tercer álbum de la banda de los hermanos Moura muestra una interesante evolución especialmente en lo que hace al aspecto puramente instrumental. Aunque las vocalizaciones aún distan de, ser perfectas, la banda alcanzó por fin el sonido rockero que necesitaba, además de mostrar a un grupo mucho más ajustado que en sus discos precedentes. “Agujero interior” es un álbum vital, intenso y divertido, cuyo ritmo no decae a través de las sucesivas bandas que lo componen. Obviamente, la asociación entre los hermanos Moura y los Peyronel, productores artísticos del disco, dio frutos y de los buenos.